EL PAíS
• SUBNOTA › LA PRIMERA ESCALA EN EL SENADO
“La voz de la gente”
› Por Eduardo Tagliaferro
Fue casi una hora. Los principales referentes legislativos del Congreso analizaron con Juan Carlos Blumberg los puntos salientes del nuevo petitorio que ayer entregó en el Parlamento. También se repasó el trámite que habían tenido sus anteriores reclamos, la mayoría convertidos en leyes. “Yo camino el país y escucho que la gente habla de las listas sábana. Simplemente emito lo que escucho”, respondió Blumberg cuando el diputado radical Horacio Pernasetti le puntualizó que las listas sábana eran un problema básicamente de los grandes distritos. Afuera del Salón Gris del Senado, frente a las escalinatas, los cirios ardían en las manos de los manifestantes que esperaban al cruzado de la seguridad.
Escoltado por su propia tropa, entre la que se encontraban empleados de la Biblioteca del Congreso, los mismos que expulsaron del palco de periodistas a un cronista legislativo, Blumberg ingresó al despacho del titular del Senado, Daniel Scioli. Lo acompañaban el matrimonio Garnil, el joven Cristian Ramaro, la abogada Liliana Blassi y también tres fotógrafos personales, amén de una filmadora doméstica. Junto a Scioli lo esperaban los responsables de los bloques mayoritarios, el peronista Miguel Pichetto, el radical Mario Losada, el diputado Horacio Pernasetti, el titular de la Cámara de Diputados, Eduardo Camaño, y algunos pocos senadores. Acompañando a Blumberg se pudo ver al macri-peronista Eduardo Rollano y también al nuevo titular de la Asociación del Personal Legislativo, Norberto Di Próspero. La cercanía no es novedad, ya que cuando el sindicalista asumió, Blumberg aplaudió desde las primeras filas.
Blumberg entregó un petitorio dirigido a Scioli en el que enumeró sus reclamos (ver aparte). “Las propuestas son un ejemplo claro del pensamiento mágico”, dijo sobre ese petitorio uno de los legisladores que participó del encuentro. “El Congreso es la casa de la democracia. Tiene que entender que Diputados es más tumultuoso, hay más bloques y todos tienen derecho a hablar”, puntualizó Camaño luego de recordar que, a pesar de ello, habían sido aprobados casi todos sus pedidos. Es más, se le entregó una carpeta con el listado de iniciativas de su anterior petitorio que habían sido sancionadas. “Habría que actuar más rápido, hay que poner la seguridad en emergencia”, le retrucó a Camaño Susana Garnil, la madre del joven de San Isidro recientemente liberado.
“Mucho discurso antipolítico que vino a realizar un planteo político. Me hicieron acordar al gordo José María Muñoz”, dijo para definir el encuentro, uno de los parlamentarios presentes. “Amplió sus demandas, quiere representar a los que no creen en nada. Me acordé del libro de Umberto Eco, En qué creen los que no creen”, comentó otro legislador. La mediática ola blumberista había pasado y tanto diputados como senadores quedaron más tranquilos que en la anterior concentración. No tienen dudas de que Blumberg quiere reemplazar a los políticos en su intermediación con la sociedad y en el manejo de los fondos públicos. Si bien en los medios de comunicación tienen las de perder, en la pelea política son locales.
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