El juez federal Rodolfo Canicoba Corral y el fiscal Eduardo Freiler recogieron ayer en Madrid dos nuevos testimonios que sumarán a la causa en la que investigan los crímenes cometidos en jurisdicción del Primer Cuerpo de Ejército. Se trató de un matrimonio que estuvo detenido en el centro clandestino de detención que funcionó durante la última dictadura en el Hospital Posadas. Ambos estuvieron secuestrados en lo que se llamó “la residencia del director” y aportaron pruebas acerca de que en el hospital existió una patota a cargo del interventor militar del establecimiento. El grupo de tareas se formó con militares y civiles que estaban contratados por el Ministerio de Bienestar Social para cumplir tareas de vigilancia en el hospital. Operó entre abril de 1976 y marzo del año siguiente y se conoció como “grupo Swatt”. Canicoba Corral y Freiler se encuentran en España junto a los secretarios Marcelo Sonvico y Adrián Rivera para recolectar parte de la evidencia que produjo el juez español Baltasar Garzón a raíz de su investigación sobre genocidio y terrorismo contra los militares argentinos y chilenos. Además, aprovecharon para escuchar testimonios inéditos, como los que se produjeron ayer.