–Háblenos de la reciente decisión de la Corte Suprema sobre las ART.
–Ha producido un impacto negativo importante en las expectativas. La Corte se expidió sobre un caso particular y tuvo muchas justificaciones para fallar como lo hizo. Pero después esa definición se extrapola a las instancias inferiores de la Justicia y existe la posibilidad de que vuelva la industria del juicio. Muchos creíamos que a nivel de las ART las cosasno estaban funcionando bien, tal como pasó con las AFJP. Quizás se debió avanzar con un proyecto de ley que modificara muchas de esas deficiencias, como los topes que se habían fijado y demás. Como la naturaleza tiene horror al vacío, el vacío se termina llenando con una decisión cuyo límite exacto nadie tiene absolutamente claro. Esto produce una reacción, en algunos casos ideológica, advirtiendo que vuelve la industria del juicio.
–¿Usted lo cree?
–A veces las decisiones judiciales son muy complejas. No sabemos qué gatillará este fallo hacia abajo, en primera y segunda instancia. En todo caso, las correcciones deben ser hechas a nivel legislativo. Sin demagogias, sabiendo que si uno exagera termina afectando el empleo, pero sin desproteger a quien sufre un accidente de trabajo, como en parte ha ocurrido.
–La Corte plantea la inconstitucionalidad de una norma. No tiene que juzgar su pertinencia económica.
–Exactamente. Yo no soy quien para opinar sobre una decisión de la Corte. Lo que digo es que provoca desde reacciones ideológicas muy a la derecha, hasta dudas legítimas, sobre todo de las pymes. Ninguno de nosotros es ingenuo y sabe que la industria del juicio efectivamente existe.
–¿El Gobierno prepara algún proyecto de ley para enviar próximamente al Congreso con correcciones sobre este tema?
–No es un tema específico de mi área. Pero hubo un llamado de atención. El mundo de los negocios tiene horror al riesgo y, sobre todo, al riesgo que no puede calcular. Tenemos que lograr que haya previsibilidad en las reglas y, simultáneamente, darle la máxima protección al trabajador.