Vie 19.04.2002

EL PAíS • SUBNOTA  › EL BANCO CENTRAL SUSPENDIO AL CANADIENSE SCOTIABANK

La primera caída del corralito

› Por Claudio Zlotnik

En medio de las discusiones sobre las características del nuevo Plan Bonex, el Banco Central suspendió “transitoriamente” al Scotiabank Quilmes “debido a los problemas de liquidez de la entidad”. En los próximos 30 días, la entidad financiera tendrá que presentar un plan para revertir la situación. Hoy, las puertas del banco permanecerán abiertas, aunque será la entidad la que defina cuáles sucursales atenderán al público. Se podrán pagar créditos y el resumen de las tarjetas y cobrar sueldos y jubilaciones. Pero el banco quedó a salvo de los amparos: no se podrán sacar depósitos. La crisis en la entidad canadiense implica el primer tropezón de un banco extranjero después del proceso de concentración iniciado tras el Tequila, y se inscribe en un contexto delicado para el sistema financiero en su conjunto.
La suspensión del Scotiabank Quilmes se produce en medio de un fuerte drenaje de depósitos a pesar de la existencia del corralito. Hasta el último lunes, en lo que va del mes huyeron unos 2200 millones de pesos. En el Central calculan que alrededor de la mitad de este dinero corresponde a recursos de amparos judiciales que permitieron a los ahorristas recuperar su dinero. En las últimas dos jornadas, la vulnerabilidad del corralito empeoró: anteayer habrían salido 214 millones y ayer otros 400 millones de pesos.
En este marco, el Scotia fue uno de los más perjudicados por la corrida. Perdió el 15 por ciento de sus depósitos en los primeros dos meses del año, unos 240 millones de pesos. Otros 50 millones de dólares se fugaron en lo que va del mes. Esta sangría fue parcialmente asistida por el Banco Central, que le otorgó 177 millones en concepto de redescuentos. Los dueños canadienses del Scotia le están buscando comprador al banco. Según pudo saber Página/12, existirían negociaciones con el francés Société Générale. En las reuniones con los directores del Banco Central, los ejecutivos del Scotiabank Quilmes dejaron entrever que, si no concretan la venta, se quedarían en la Argentina sólo en caso de que el BC encuentre una solución a la fuga por los amparos.
Pero lo cierto es que la suspensión del canadiense parece marcar la nueva estrategia del Gobierno y del Banco Central. “Viene un borrón y cuenta nueva en el sistema financiero”, dijo una fuente del Central en diálogo con este diario. Según admitió el directorio del Scotia, una de las razones de la suspensión fue “la imposibilidad de obtener liquidez adicional del BCRA”. Hasta ahora, Mario Blejer, presidente del Central, socorrió a los bancos con problemas de liquidez.
Lo sucedido con el Scotia es una muestra de lo que ocurriría en caso de que el Central dejara de asistir a las entidades. De hecho, otro banco en problemas es el del Chubut, que no pudo abrir sus puertas por cuarto día consecutivo a raíz del paro por tiempo indeterminado del personal, en medio de una crisis de liquidez de la entidad.
Detrás de la decisión del Scotia también emerge la determinación de las casas matrices de los bancos extranjeros, que se niegan a auxiliar a sus filiales argentinas. A pesar de una norma del BC de que los grupos extranjeros participen del salvataje, las casas matrices se niegan. Alegan que la semana pasada el español BBVA aportó 150 millones de dólares para el Francés y una calificadora internacional rebajó su nota por haber incrementado su exposición en la Argentina. Pero detrás de ese argumento se esconde la verdadera intención de los banqueros: presionar a las autoridades para sacar la mejor tajada de la crisis. Le plantean al Gobierno que si no se impone un Plan Bonex amplio, incluyendo a las cuentas a la vista, el dólar se disparará.

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