El líder del Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados (MIJD), Raúl Castells, entró ya en su cuarta semana de huelga de hambre y sufrió ayer un pico de presión. Sin embargo, las autoridades del Hospital Perrando ratificaron que se encuentra en estado lúcido y lo trasladaron a una sala común, donde permanecerá internado por disposición de la Justicia.
Según el parte médico, Castells presentó un registro de presión elevada, trastornos gastrointestinales y dolores abdominales de tipo cólico que fueron tratados con medicación. Pero aclararon que el dirigente está lúcido, con los signos vitales conservados. De acuerdo con la directora del hospital, Graciela Serfaty, continuarán con los exámenes médicos necesarios a pesar de la negativa de Castells a realizarse algunos de los estudios clínicos. El líder piquetero había declarado el sábado que no tiene miedo de perder la vida “cuando se trata de una causa justa”.
Castells, que cumplió ayer el noveno día de la internación dispuesta por la fiscal Mercedes Riera, había permanecido alojado en la sala de Guardias. Pero las autoridades del hospital decidieron, a pesar de los problemas de salud presentados, que no había motivos para mantenerlo en el Servicio de Emergencias. Por su parte, el médico personal de Castells, Jorge Miño, volvió a advertir sobre su delicada situación, ya que consideró que “cada día que pasa sin ingerir alimentos se debilita aún más su organismo”.