Por D. S.

Debajo de la espuma que suelen producir las alusiones a la lealtad y a la mística, hubo en el acto de Atlanta algunos reclamos dirigidos a Néstor Kirch-
ner. Entre ellos, el pedido de una mejora salarial y la necesidad de que el sindicalismo tenga espacio en las boletas justicialistas de diputados y senadores nacionales.
“Luchamos por una distribución equitativa de la riqueza y para eso reclamamos un salario digno”, aseguró Hugo Moyano en un tramo de su discurso. Hace días que la CGT pide un incremento de las asignaciones familiares y un aumento de 100 pesos para el sector privado.
El titular de las 62 Organizaciones, Gerónimo Venegas, se encargó de reclamar espacio para los gremialistas en las boletas del PJ que competirán en el 2005. Y lo hizo asegurando que de haber habido más hombres de la CGT en el Congreso no se hubieran aprobado muchas leyes de flexibilización hoy vigentes.
En las expresiones de Venegas quedó al descubierto que los oradores no chequearon entre sí lo que iban a decir. Es que a su turno, la cosecretaria cegetista, Susana Rueda, había exclamado que el sindicalismo “no quiere cargos” sino “ser parte de la toma de decisiones”. De todos modos, ambos dirigentes –al igual que José Luis Lingeri en el discurso de apertura– coincidieron en los agradecimientos a Kirchner “por haber devuelto las cosas que les quitaron a los trabajadores”.
Los discursos fueron seguidos atentamente desde un abigarrado escenario. Allí estuvieron los legisladores Eduardo Camaño, José María Bancalari, Alfredo Atanasof y Osvaldo Mércuri. También se vio a los funcionarios bonaerenses Mario Oporto y al ex Mariano West. A propósito: el gobernador Felipe Solá fue invitado, incluso le propusieron que hable, pero desistió del convite. Se mostraron, además, los intendentes Hugo Curto y Alberto Balestrini (este último se reunió después con Kirchner en la Rosada).