EL PAíS
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Foja de servicios
Lejos de dar explicaciones ante la Justicia o ser condenado al ostracismo, luego de su paso triunfal por Bahía Blanca, la carrera de Madueño continuó. En 1979 asumió como juez de primera instancia en lo penal económico. Al año renunció y asumió como asesor de la Dirección Nacional de Lealtad Comercial. En 1981 volvió a renunciar y se fue a vivir a Chile. En 1986, con acuerdo de la Legislatura de Neuquén, asumió como juez de la Cámara Criminal y Correccional, y un año después el Superior Tribunal de Justicia neuquino lo nombró defensor oficial interino. En junio de 1989 asumió como asesor del Ministerio de Defensa. A fines de 1992, Carlos Menem y su ministro de Justicia Jorge Maiorano propusieron su nombre para integrar un tribunal oral y el 24 de febrero de 1993 el Senado aprobó su pliego dentro de un paquete de 68 jueces. Su último gran aporte a la sociedad argentina fue la condena al ex agente pinochetista Enrique Arancibia Clavel por el secuestro de dos ciudadanas chilenas en Buenos Aires en 1977, noticia que para su desgracia Página/12 y La Nación publicaron sin confundirlo con su par de casación Raúl Madueño.
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