Vie 22.10.2004

EL PAíS • SUBNOTA  › EL JUEZ ARNALDO CORAZZA

De perfil bajo y causas calientes

Muy alejado de las formas protocolares, de hablar campechano y algo desaliñado para la rigurosidad en el vestir de los Tribunales: así lo describen quienes lo conocen de cerca. Arnaldo Corazza llegó al Juzgado Federal Nº 3 de La Plata hace menos de una década, tras una extensa carrera como abogado en sus pagos de Quilmes, donde se le recuerda un pasado peronista. En el último tiempo metió en prisión a peces gordos de la represión, como el ex comisario Miguel Etchecolatz, el médico Jorge Bergés y el ex capellán de la policía Christian Von Wernich y hoy tiene la causa más importante sobre el accionar del terrorismo de Estado en el ámbito bonaerense. Pero no es el único expediente caliente en sus manos: Corazza investiga al camarista federal de La Plata Sergio Dugo como presunto protector de un juzgado paralelo organizado en La Plata para saltar el corralito financiero. Dugo, dicen, le juró venganza.
De perfil muy bajo, soltero, fue dirigente en el Colegio de Abogados de Quilmes, donde se le recuerdan vínculos con el duhaldismo en el pasado.
No hizo carrera en la Justicia. El juzgado federal platense fue su primera escala. Allí está desde 1995.
Corazza fue el primero que mandó a prisión a Etchecolatz, ex subjefe de Ramón Camps, y a Bergés, por la sustracción y supresión de identidad de una menor hija de desaparecidos durante la dictadura militar. Ambos recuperaron la libertad, tras cumplir condena, y en septiembre último Corazza volvió a pedir su arresto en el marco del megaexpediente de la “causa Camps”, reabierto tras la declaración de inconstitucionalidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. A Etchecolatz, incluso, le quitó el beneficio del arresto domiciliario.
No fue el único represor que ordenó detener. Un año atrás fijó la prisión preventiva del ex capellán de la Bonaerense, Christian Von Wernich, por los delitos de privación ilegal de la libertad, torturas y homicidio calificado.
“Es muy serio, se destaca por ser muy cuidadoso cuando toma medidas como un allanamiento”, señaló a este diario un alto miembro del Poder Judicial bonaerense, sorprendido por el operativo en la casa de la familia Demonty. “Actúa con mucha idoneidad, es muy prudente y una excelente persona”, definió la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, consultada por Página/12. A partir de su intervención en diversas causas contra torturadores de la última dictadura militar, Corazza se ganó el respeto de los organismos de derechos humanos, a quienes recibe en su despacho sin demoras cada vez que es requerido. Esa misma deferencia tienen los empleados de su juzgado, en cumplimiento de una orden expresa de Corazza.
Por estos días lo desvela otro expediente: el que investiga al camarista Dugo, quien, tal como publicó este diario, ha tenido un prodigioso crecimiento patrimonial y está sospechado de proteger el accionar del Juzgado Federal Nº 3, donde habría funcionado una organización –que involucra a conocidos estudios de abogados de La Plata– para saltar el corralito: mientras algunos amparos demoraban dos años, aunque sus actores acreditaban edad avanzada y graves problemas de salud, otros se resolvían en un día. Dugo amenazó a Corazza por esta investigación. Según escribió Horacio Verbitsky en la edición del 1º de agosto, Dugo le anunció: “Te va a costar caro”. Esa pesquisa avanza sin pausa.

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