En 1874, al enviar al Congreso la ley de creación del Parque Tres de Febrero como “dominio público del Estado Nacional”, el presidente Domingo Sarmiento sostuvo que su propósito era dar a la población de Buenos Aires “el ornato y comodidad” que el Bois de Boulogne de París, el Hyde Park de Londres o el Central Park de Nueva York “ofrecen no sólo a las clases acomodadas y al extranjero sino a millares de artesanos y sus familias”. Al año siguiente una parcela de 12 hectáreas del parque fue entregada en forma gratuita por 20 años a la Sociedad Rural. Las sucesivas prórrogas de esa concesión siempre lo mencionaron como parte “del parque de Palermo”. Según la Constitución sólo el Congreso puede disponer del “uso y enajenación” de esas tierras.
Pero en 1991 el presidente Carlos Menem y su ministro Domingo Cavallo formalizaron por un mero decreto la venta a la Rural de lo que consideraron ya no de dominio público sino de dominio privado del Estado. El boleto de compraventa fijó un precio de 30 millones de pesos, sin relación con su valor de mercado. El entonces presidente de la Rural, Eduardo de Zavalía, reconoció que los terrenos “pueden valer unos 300 millones”. Para el delegado del Tribunal de Cuentas de la Nación ante el Ministerio de Economía el predio valía 943 millones y por eso se opuso a su venta, aduciendo que otros interesados podrían mejorar la oferta. La razón aducida para el bajo precio y el financiamiento a diez años con la menor tasa posible fue el carácter de entidad civil sin fines de lucro de la Rural y el compromiso que asumió de limitar el uso del predio al funcionamiento de un Centro Internacional de Exposiciones y Congresos. Pero el mismo día se constituyó con el capital mínimo permitido de 12.000 pesos “La Rural de Palermo Sociedad Anónima”. Esta empresa con fines de lucro se asoció con Ogden Argentina y constituyeron Ogden Rural, ahora La Rural SA, para explotar el predio vendido por monedas debido al presunto carácter no lucrativo de la Sociedad Rural Argentina.
La Rural SA presenta en el predio de Palermo el show “Opera Pampa”. Según la publicidad de los organizadores se trata de “un espectáculo emocionante. La épica aventura del gaucho y sus tradiciones, desde la llegada del caballo a América hasta el nacimiento de la Nación Argentina. Deslumbrantes efectos escénicos, lumínicos y pirotécnicos”. Luego del show los asistentes pueden “degustar las famosas carnes de la pampa argentina y descubrir su exquisito sabor y terneza, asadas a la usanza del gaucho en típicos asadores camperos”. La lujosa folletería es distribuida por la Secretaría de Turismo de la Ciudad Autónoma. La cena y el show cuestan 300 pesos, difícilmente compatibles con el uso público exclusivo al que obliga la Urbanización Parque, tal como Sarmiento lo imaginó hace 130 años, cuando la Argentina creía en su futuro.