Estaban adentro, pero fueron los primeros en quedar afuera. Cuando todavía seguía siendo incierto en quién recaería la designación del nuevo ministro de Economía, y ya varios habían rechazado el convite, los economistas del justicialismo más ligados al sindicalismo habían quedado fuera de juego. Habían esperado en vano ser convocados, incluso uno de ellos, Daniel Carbonetto, había expuesto sus planes ante el presidente Duhalde durante el fin de semana. Se trata de unos 30 economistas justicialistas que, encabezados y referenciados en Carbonetto y Eduardo Curia, decidieron “autoconvocarse y organizarse” para fijar posturas en conjunto y rechazar el aval a cualquier candidato que surgiera de las filas del neoliberalismo.
“Si la decisión (de Eduardo Duhalde y la liga de gobernadores justicialistas) es trabajar sobre la idea de un tipo de cambio fijo, la persona indicada para el cargo era Carbonetto, tal como lo manifestó Curia”, señaló Guillermo Moreno, miembro del grupo autoconvocado. Sin embargo, el diputado por el Polo Social y economista del MTA de Hugo Moyano no despertó entusiasmo entre los gobernadores justicialistas, que rápidamente lo descartaron como candidato. Pese al carácter unipartidario del grupo de dirigentes a cargo de la definición, la mayoría de los candidatos con chance reconocían origen ajeno al justicialismo.
El discurso “duro” de los dirigentes sindicales contra el FMI, tanto los de la CGT rebelde como los de la CGT oficialista, responde a los lineamientos que esbozan los economistas más cercanos a uno y otro sector, respectivamente: Carbonetto y Curia. “No estamos ni a favor ni en contra del FMI, pero las actuales negociaciones no tienen sentido; es necesario abrir un paréntesis y resolver previamente cuál es el modelo, el esquema endógeno”, describió Moreno como expresión del sector.
El peso de ambas CGT en el cónclave de Olivos del lunes, como se vio claramente ayer, resultó imperceptible. Las fuerzas relativas se inclinaron en favor del platillo de los gobernadores, que temen más a las consecuencias de una ruptura que a los condicionamientos de un acuerdo con el FMI. Bajo esa perspectiva, el discurso “rupturista” de los cegetistas resultó revulsivo.
No los une el amor sino el pasado. Muchas veces alineados con sectores enfrentados entre sí, el grupo de economistas se asume como herederos del ideario peronista y la más fiel expresión de “la columna vertebral” del movimiento. Los que hoy integran el núcleo autoconvocado se referencian políticamente en Moyano y Daer, pero respetan y reconocen a otros “referentes históricos” como Eduardo Setti, un incondicional del metalúrgico Lorenzo Miguel. Los tres dirigentes sindicales reconocen origen común en las 62 Organizaciones. Más allá de las diferencias circunstanciales, los nuevos vientos vuelven a empujarlos hacia un mismo rincón.