“Las hijas de Prats sintieron emoción al conocer la noticia”, dijo a Página/12 Pamela Pereira, abogada de la familia. Estas son sus conclusiones.
–¿Cómo se recibió la noticia del desafuero del ex dictador Augusto Pinochet por la causa Prats?
–Fue un gran impacto que se expresó con un enorme interés periodístico. También hubo un gran interés por parte de la ciudadanía común, ya que por fin se logró un resultado que abre camino para enjuiciar a Pinochet.
–¿Qué significa el fallo?
–El fallo resolvió dar lugar a la formación de una causa. Pinochet puede ser investigado. El desafuero significa que pierde los fueros y se convierte en un ciudadano común. Debe responder al tribunal como cualquier otra persona. El juez ahora puede interrogarlo, investigarlo y procesarlo.
–¿Qué viene ahora?
–Seguramente los abogados defensores van a apelar al fallo. Y el fallo debe ser ratificado por la Corte Suprema. No hay razón para que esto no ocurra. Lo que se discute aquí es si se cumplen los requisitos para investigarlo.
–¿Cuáles son esos requisitos?
–Los requisitos son las sospechas para detener a una persona, a cualquier ciudadano común. En realidad, los antecedentes son más fuertes que una simple sospecha. Lo que estuvo en juego aquí, al igual que en el desafuero por el Plan Cóndor, es si Pinochet está loco. Iba a restaurantes, librerías y hacía operaciones financieras muy complejas. No está loco. Sabe muy bien lo que hace. Está totalmente cuerdo, se está haciendo el loco. Hay deterioro físico. Pero sabe lo que hace y tiene capacidad de comprensión. Lo de las operaciones financieras terminó de liquidarlo.
–¿Pudo hablar con las hijas del general Prats?
–Estaban muy emocionadas. Prats tenía una relación personal con Pinochet y fue muy impactante para ellas enterarse que Pinochet estaba involucrado en el asesinato de su padre.

Reportaje: X.F.