Por primera vez en una cumbre del Mercosur dos desaparecidos argentinos serán homenajeados por los países miembros. El acto simbólico –en el que Brasil otorgará una reparación monetaria y hará un mea culpa por los secuestros en su territorio en el marco del Plan Cóndor– se realizará minutos antes de que la clausura del encuentro. Los dos homenajeados serán Mónica Pinus y Horacio Campiglia, dos militantes de Montoneros que fueron secuestrados en Río de Janeiro en marzo de 1980 (ver más información en pág. 20). La idea surgió del esposo de Pinus, Edgardo Binstock, y tuvo la aprobación de Néstor Kirchner, quien conocía el caso.
La iniciativa coincide con la reciente apertura de los archivos secretos de las fuerzas armadas brasileñas. Para hacerlo, el gobierno de Lula tuvo que sortear el obstáculo de la Ley de Amnistía, que impide investigar y juzgar los casos de persecución, tortura y muertes posteriores a 1979. El gobierno argentino decidió impulsar el tema para dar una señal: “Así como hubo una coordinación represiva en los ’70, ahora hay una coordinación para valorizar los derechos humanos”, explicaban en la comitiva argentina. Junto con Kirchner viajaron el esposo y el hijo de Pinus, además del secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde. También estuvo el titular del Mercosur, Eduardo Duhalde. La presencia del ex presidente fue todo un dato, que pareció dedicado a mostrar que tras el faltazo de Kirchner a Cuzco no quedaron fisuras entre ellos. Sin embargo, a Duhalde no se lo vio tan cerca de la delegación argentina como lo estuvo de Hugo Chávez, con quien caminaba abrazado por los pasillos del Ouro Minas Palace.