Sáb 18.12.2004

EL PAíS • SUBNOTA  › OPINIONES

Otros puntos de vista

NICOLAS CASULLO *.
Relación entre arte y religión

Creo que es una actitud realmente lastimosa, pero parte de un conflicto que expresa equívocos y malos entendidos de la Argentina en el sentido de que la Iglesia aparece como un exabrupto, como algo absolutamente intolerante y, por otro lado, no se han discutido en términos reales los verdaderos valores de la relación arte y religión. O sea que en ambos casos, podríamos decir que el escándalo, la noticia fuerte, el amarillismo han suplantado a lo que realmente se tendría que haber discutido en esas dos perspectivas, y por otro lado el energumenismo de la Iglesia de alguna manera toca a la Justicia, a una Justicia que indudablemente, me merece más dudas que cualquier otra cosa en la Argentina.
*Sociólogo.




RUBEN DRI *.
Ferrari tiene todo el derecho

Es una muestra del poder que tiene la Iglesia y la derecha de la Iglesia que sigue aplicando la censura, sigue haciendo lobby y empleando todo su poder político para censurar aquellos rubros, aquellos aspectos que siente que son suyos, porque hay determinados aspectos en la sociedad que siente que nadie se los puede tocar, y siente que esta muestra toca determinados temas que son dogmas de la Iglesia: ahí interviene censurando. Cuando el arte se mete en lo religioso debe aceptar las directivas de la Iglesia; si no las acepta, la Iglesia interviene censurando. Conozco la trayectoria de Ferrari y a él como artista. Es uno de los grandes artistas que tenemos en la Argentina y tiene derecho en el arte a expresar sus ideas. Eso debe ser un principio que no se puede cuestionar: o estamos mintiendo que aceptamos plenamente los derechos democráticos.
*Filósofo.




EDUARDO MIGNOGNA *.
Que no vayan es suficiente

Estoy en desacuerdo porque los católicos que se sientan ofendidos con que no vayan es suficiente. Deberían mirar hacia el mismo lado en que han mirado durante los tiempos de la dictadura militar. Y dejar en paz a un artista que se expresa. El arte debe expresarse con absoluta libertad y la religión debe someterse a sus propias reglas. La posición oficial de la Iglesia es bastante retógrada en la Argentina, no solamente respecto a la muestra de Ferrari sino también con lo que se refiere al divorcio, a los derechos humanos, a la pobreza y a la complicidad que tiene y ha tenido con el poder. Esto no invalida la acción de todo un clero que trabaja en acciones sociales directas, codo a codo con los pobres. La Iglesia está dividida en un clero alto y un clero bajo. Admiro el trabajo que siempre ha hecho el clero bajo y denigro la actitud que tiene el clero alto.
* Cineasta.




TATO PAVLOVSKY *.
Pura visceralidad

Ayer concurrí a ver la muestra de Ferrari. No quería opinar antes de poder verla. Tenía temor a lo ideológico como apoyo sin cuerpo. En otras palabras –a mi edad– el arte me afecta –me conmociona, me involucra, o me deja distante– sin cuerpo afectado. Había presenciado una muestra de León en el C. C. de la Cooperación el año pasado. Pero necesitaba ver con mis propios ojos ésta. Me conmocionó. Pensé en la estética del horror. Es un alarde a la imaginación creadora. A la libertad imaginativa como arma revolucionaria. Pero no de mensaje. Sino de convulsionarse por la visión de lo transgresivo hecho belleza. De la monstruosidad hecha belleza. De la impostura hecha belleza. De la función crítica del intelectual. Es un arte monstruosamente visceral e intensamente inteligente. Sabio. ¡Qué bueno es tenerlo entre nosotros! A sus 84 años nos da una lección de ética transgresora. Porque uno de los mayores méritos de este joven artista –siempre joven– es sostener la transgresión dentro de su coherencia. Su testimonio es un ejemplo para las nuevas generaciones. Transgresión, intensidad y coherencia. Estoy seguro de que Mujica, Angelelli o Camilo Torres hubieran apoyado esta muestra. Porque ellos luchaban por la libertad y la imaginación, por una nueva justicia social, y Ferrari es todo eso, y tal vez también haya algo inapresable que escapa a la representación –que fluye por los bordes– con tremenda intensidad creadora y revolucionaria. Micropolítica del horror del mundo que vivimos. Llega a nuestro cuerpo y nos revoluciona. Nos hace pensar visceralmente. Por eso quise verla antes de opinar. Gracias maestro León Ferrari.
* Psicoanalista y dramaturgo.




LITA STANTIC *.
Una posición fascista

Mi opinión es que es siniestro todo lo que está pasando con Ferrari porque nadie obliga a nadie a ver algo que no quiera ver. Tengo un respeto muy profundo por Ferrari, por su trayectoria y su obra. Hay una situación, que me preocupa mucho, de intolerancia, que no sólo se traduce en todo lo que está pasando con este artista sino con los problemas para que haya educación sexual en las escuelas, la furia con la que se trata el tema de la despenalización del aborto. Hay una posición muy fascista de estos grupos religiosos. Ferrari es un artista de larga trayectoria, uno de los más importantes artistas vivos que tenemos. Un artista que realmente es un joven de 84 años. Es una persona que valoro mucho. El cierre de la muestra me parece terrible, es una forma de censura.
* Productora cinematográfica.




HECTOR OLIVERA *.
Una medida muy torpe

Todo ataque a la libertad de expresión es lamentable. Esta es una obra de un artista y como tal, hay que respetarla. El arte en siglos pasados tuvo muchísimo que agradecerle a la religión porque le dio tema durante siglos, pero en este caso, creo que quienes defienden la clausura de la obras están equivocados. Además es una tontería porque una obra que hubieran visto unos pocos miles de personas ahora va a tener una difusión enorme en todos los medios. Me parece una medida torpe. Creo que la Iglesia, que está acertando en criticar la falta de ciertas políticas respecto de la educación, la pobreza y desocupación, se equivoca en esto. La trayectoria de Ferrari es respetable: no es un advenedizo, no es un oportunista. Es un artista que ha dedicado su vida a esto. Un creador.
* Cineasta.




NOE JITRIK *.
Recuerdos de la dictadura

Sólo a un borracho puede ocurrírsele que una muestra como la de Ferrari incurre en algo que prevé el Código Penal. Lo que ocurre es que hay reminiscencias de la época de la dictadura, cuando no era necesario aplicar el código para liquidar gente. Hay un sector de la sociedad argentina, que vive como si esto no hubiera cambiado: que a esta altura haya grupos de choque me parece una locura total, y una locura vieja, además, propia de los ‘50 o los ‘60. La Iglesia está atacando a varias estructuras a la vez: en primera instancia al Centro Recoleta, que es un lugar de promoción de la vanguardia, y a esa gente no le gusta; por encima del Centro está la Dirección de Cultura y, aunque uno puede discrepar con su estrategia, es evidente que están pasando cosas en Buenos Aires y sin duda, mucha gente accede a manifestaciones a las que antes no podía: esta gente tampoco quiere eso, porque entiende que puede quitarle terreno y competir con sus efectos propagandísticos; y todavía por encima de eso está Ibarra, que no salió a demoler la muestra de Ferrari. Pero todos, desde Ibarra hasta la directora del Recoleta, Nora Hochbaum, hasta ayer habían resistido bien el embate.
* Crítico literario.

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