EL PAíS
• SUBNOTA › COMO SE ESTA REARMANDO LA INDUSTRIA JUGUETERA
Una crisis que no es juego
“Las jugueterías están tirando la toalla. La recesión las está matando y ahora, con la devaluación, las deudas con los importadores se volvieron imposibles de pagar”, sentencia Raúl Ruibal, vicepresidente de la Cámara de la Industria Juguetera Argentina. “Las ventas descendieron un 50 por ciento en 2001 y en lo que va de 2002 cayeron un 30 por ciento más, producto también de la inflación.” Barbies, Pokémon, El juego de la vida ya no se verán más en los locales dedicados a entretenimientos de chicos o grandes. En su lugar, las vidrieras mostrarán los juguetes nacionales que vayan apareciendo. “Aunque de a poco notamos que la industria local se está rearmando, esto sucede a costa de producir las materias primas en el país o importar insumos más baratos, lo que implica un proceso más o menos prolongado”, explica Ruibal.
“Los artículos que se importaban conformaban el 90 por ciento del total del stock, y los aumentos en los precios promedian el 300 por ciento en los importados y el 40 en los nacionales, estos últimos debido al encarecimiento de las materias primas”, detalla Ruibal, dueño de la empresa que lleva su apellido.
Sin embargo, a pesar de la pronunciada y duradera merma en las ventas, hay quienes se están animando a entrar en el mercado con productos que, aunque simples, parecen encontrar una interesante demanda. Entre esos héroes se encuentra Anabella Keurikian, una chica de 20 años del barrio de Flores que, ayudada por su familia, su novio y un amigo, se puso a producir “muñequitos de gomaeva –un material no tóxico usualmente utilizado en las suelas de los zapatos– didácticos para chicos de jardines de infantes y escuelas primarias”.
Y las ventas no marchan nada mal. “Al principio fue duro, porque tuve que recorrer muchos negocios y distribuidoras para encontrar clientes, pero una vez que nos hicimos más o menos conocidos por la zona todo se hizo más fácil, y ahora vendemos entre 200 y 300 unidades por semana”.
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