Mientras el gobierno argentino intenta avanzar en la reestructuración de la deuda, el de Brasil ve crecer la suya. El año pasado aumentó un 11 por ciento respecto de la de 2003 y superó los 300.000 millones de dólares. Una de las razones del incremento es la suba de la tasa de interés que viene aplicando el Banco Central de ese país, que impacta sobre los títulos atados a ella. La autoridad monetaria repitió ayer mismo esa estrategia, al elevar la tasa básica (Selic) en 0,5 punto y ubicarla en 18,25 por ciento.
El Banco Central brasileño produjo la quinta suba desde septiembre, cuando la tasa se encontraba en 16 por ciento. Ahora está casi al nivel record de 19 por ciento de octubre de 2003. “Brasil debe dejar la posición de campeón mundial de los intereses altos para poder destacarse entre los países con mayor crecimiento”, protestó el presidente de la Federación de Comercio de San Pablo, Abram Szajmam. En el mismo sentido se pronunció la poderosa Confederación Nacional de la Industria, que calificó la medida como “lamentable” y “contractiva”. En su defensa se expresó la Federación de Empresas de Crédito, que la consideró esencial para combatir la inflación.
Por otra parte, ayer se informó oficialmente sobre el aumento de la deuda brasileña a 300.730 millones de dólares. En los últimos doce meses, el gobierno se preocupó por disminuir la deuda dolarizada, reduciéndola del 22,8 por ciento a menos del 10 por ciento del total, justamente en el año en que la cotización de la moneda estadounidense se desplomó y hubiese beneficiado a las cuentas del Estado. En cambio, la parte de la deuda vinculada a la tasa básica de interés pasó a representar 52,5 por ciento del total, justo cuando el Banco Central retomó su política de aumento de la tasa para combatir la inflación y convirtió a Brasil en uno de los países con mayor tasa de interés real.