EL PAíS
• SUBNOTA › REACCIONES DE LOS FAMILIARES
EN LA SESION Y POR LA CONSULTA
“Que Ibarra siga, para hacerse cargo”
A las 19, los familiares se pusieron de pie y aplaudieron a Aníbal Ibarra, que acababa de dejar la palabra. La mayoría volvió a sentarse y siguió mostrando las fotos de los seres queridos en silencio. Algunos salieron al pasillo, que era una jungla de cables, periodistas y policías de la Federal para enfrentar a las cámaras y aclarar: “El aplauso fue irónico. Lo hicimos para reemplazar la bronca que tenemos”. El abogado José Iglesias, cuyo hijo Pedro perdió la vida en República Cromañón, explicó que “hicimos un gran esfuerzo para no gritar. Fuimos provocados hasta con la mirada por el señor Ibarra. En vez de estallar, nos pareció más inteligente salir a decirles a los medios que todos estos políticos que vienen a darnos condolencias se pusieron de acuerdo para que fuera así esta sesión”, en la que “Ibarra sólo respondía a las preguntas que se le antojaba”. Para los familiares, el plebiscito revocatorio del mandato es “más circo” y “politiquería que no nos interesa”. No obstante, varios de los residentes en la ciudad adelantaron que van a avalar la continuidad de Ibarra para que “se haga cargo de lo que hizo. Porque irse ahora es fácil”.
La actitud de los padres de las víctimas dio resultado. A las 20, los legisladores votaron para que las preguntas realizadas al jefe de Gobierno fueran anotadas, de modo que ninguna quedara sin responder.
Arturo García, cuyo hijo Matías murió en Cromañón, comentó a Página/12 que entró al recinto “esperando que los políticos dieran una respuesta desde lo humanitario”. Pero se encontró “con la misma mala política que mató a nuestros hijos”. Exteriorizó su indignación con “el silencio, que es más contundente que cualquier discurso o bronca”. Sobre el plebiscito, aseguró: “Ibarra, tenés mi voto”. Pero aclaró que se lo da “para que se quede y se haga cargo. Con él tengo sentimientos encontrados. Lo voté porque representaba a la Argentina posible. Pero ahora me doy cuenta de que es más de lo mismo. Perdió su modo de actuar. Es fácil irse. Si no es culpable, que se defienda. Y que trabaje para dar soluciones”, consideró.
En el pasillo, Pablo Blanco fumaba un cigarrillo tras otro. Antes, consumía un atado diario. Desde el 30 de diciembre duplicó la dosis. A su hijo Lautaro, de 13 años, no lo tiene más. Maylin, que anteayer cumplió renacientes 17 años, salió hace dos semanas del hospital. Contó a este diario que “mi hija vio con espanto cuando a Ibarra lo aplaudieron luego de que anunciara el plebiscito. Parecía un lanzamiento de campaña. Para ellos siguen las internas, las encuestas de imagen y opinión y la política barata. Ibarra tiene que someterse a la Justicia y dar nombres. Todavía protege al inspector que una vez fue al boliche y se retiró porque estaba todo cerrado, quizá diciendo ‘Chabán debe tener todo en orden’”.
A Armando Caziani le da “lo mismo que Ibarra siga siendo jefe de Gobierno o no. Mi problema con él es penal”. En Once falleció su hija Soledad, de 17 años. “Con el plebiscito rebajan el dolor de los padres a una pelea con Macri. No es así: si Macri es golpista, que lo denuncie.”
La Legislatura “es un circo. Todos defendieron su lugar, menos Milcíades Peña”, dijo Patricia Vari. Su hija Nayla, de 19, murió el 30 de diciembre. “Da la impresión de que Ibarra nunca fue a un hospital. Parece suizo”, afirmó, y contó que va a votar “para que se quede y se haga cargo”.
Informe: Sebastián Ochoa.
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