EL PAíS
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La recolección de firmas
Por R. K.
“Si el Tribunal Supremo nos exige las firmas, las juntaremos”, sostuvo Aníbal Ibarra cuando lanzó la idea del plebiscito. Sin embargo, ni siquiera está claro que esa variante sea aceptada por el TSJ. El ibarrista que haga la presentación deberá fundar su pedido de plebiscito “en causas atinentes al desempeño del jefe de Gobierno”. Los trámites de revocatoria aprobados ayer justamente se fundan en que Aníbal Ibarra actuó mal en el caso Cromañón. Como es obvio, no será eso lo que digan los ibarristas. Es decir que el TSJ tendrá que aprobar un plebiscito de revocatoria fundado en que el jefe de Gobierno actuó bien. Parece un disparate.
El constitucionalista Daniel Sabsay le dio anoche una óptica adicional a este diario. “Habiendo ya un trámite presentado, veo difícil que el tribunal acepte otro. Con ese criterio, si alguien me cuestiona a mí, yo le armo tres, cuatro o cinco procesos de juntadas de firmas que, de hecho, le obstruyen la juntada de firmas a quienes me quieren sacar del cargo”, sostuvo Sabsay. Y hay otra variante que tampoco encaja en la lógica. No tiene asidero que ciudadanos que consideran que Ibarra actuó bien firmen planillas fundadas en que se cuestiona a Ibarra porque actuó mal. Por la misma razón, tampoco tendría sentido que el Tribunal diga que las firmas se suman, siendo que en realidad reflejan posturas opuestas. No se puede descartar que el enredo judicial termine trabando el plebiscito. Habrá que saber si eso cae bien o mal en los despachos oficiales.
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