La Corte Suprema de Justicia hizo llegar las condolencias por la muerte de Juan Pablo II al arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, y al nuncio apostólico, monseñor Adriano Bernardini. El presidente del máximo tribunal, Enrique Petracchi, envió distintos mensajes a los dignatarios eclesiásticos, en los que destacó “los incesantes gestos de grandeza y humildad que promovieron el reconocimiento de los errores propios y el perdón de los ajenos”.
Petracchi señaló además que el Pontífice fallecido trabajó por lograr “una convivencia pacífica, fructífera y duradera entre las religiones, los hombres y los pueblos”, y en ese sentido destacó que “se convirtió en el providencial mediador que evitó que nuestro conflicto con Chile se transformase en una trágica guerra”.
“La figura de Juan Pablo II –aseguró el presidente de la Corte en los mensajes enviados–, así como su vida y sus enseñanzas, forman ya parte de la historia y a ellas deberían volver los hombres una y otra vez, para renovar sus energías y avanzar hacia la construcción de un mundo fundado en la paz y la justicia.”