El más reciente éxito de la cinematografía israelí es una película llamada Caminando sobre las aguas, del director Eytan Fox. Se trata de un frío asesino del Mossad cuya esposa se suicida y queda envuelto en una historia de gays, árabes y alemanes. Tiene una visión crítica del Mossad, de la discriminación de los gays en Israel y una mirada de defensa incondicional del Estado judío, pero pacifista respecto de los palestinos.
–El director Eytan Fox sostiene que de nada sirve matar a Osama bin Laden porque aparecerán otros Bin Laden. De nada sirve matar a un militante palestino, porque su hijo vivirá diciendo que los israelíes mataron a su padre y querrá vengarse. ¿Cuál es su reflexión?
–Que es equivocada. Respecto del terrorismo tiene que haber una sola respuesta: destruirlo. Y hay tres caminos. El primero es pelear, combatir su infraestructura, sus jefes, su financiamiento. El segundo camino es el defensivo: hay que impedir que los terroristas ingresen a Israel. Y el tercero es dejar una puerta abierta para dialogar con los palestinos.