El mejor consejo para todo aquel que tenga pensado ir a tomarse unos días de descanso a Mar del Plata es que no lo haga en los primeros días de noviembre próximo: esa ciudad recibirá entre el 4 y el 6 de ese mes a los 34 jefes de Estado del continente que participarán de la IV Cumbre de las Américas y las medidas de seguridad que se preparan para la ocasión no son lo mejor para el turismo. El más custodiado de todos será, como de costumbre, el presidente de Estados Unidos, George Bush, quien llegará con una comitiva de 2000 personas y cuyos custodios ya estuvieron relevando los lugares en los que estará.
El tema central que se abordará durante la cumbre será el de la pobreza. Así lo propuso la Argentina, que, a pesar de las reticencias de Estados Unidos, logró imponer su criterio. Así, los mandatarios americanos confluirán en Mar del Plata bajo el lema “Crear trabajo para enfrentar la pobreza y fortalecer la gobernabilidad democrática” y debatirán, entre otras cosas, sobre el modo de enfrentar el hambre y el analfabetismo en la región, como así también la situación de las democracias de los países que la integran.
Los dos plenarios que protagonizarán los mandatarios, así como las reuniones bilaterales que mantengan entre ellos, se desarrollarán en el Hotel Hermitage. El Costa Galana será escenario del encuentro entre los cancilleres. Para la foto de apertura y cierre de la Cumbre los presidentes posarán en el Provincial.
Además del anfitrión Néstor Kirchner y de Bush, está previsto que concurran todos los jefes de Estado americanos, salvo el cubano Fidel Castro. Entre los que llegarán a Mar del Plata figuran Lula da Silva (Brasil), Vicente Fox (México), Hugo Chávez (Venezuela), Ricardo Lagos (Chile), Tabaré Vázquez (Uruguay) y Alvaro Uribe (Colombia).
Se estima que mientras dure la cumbre habrá en esa ciudad unas 10 mil personas. Según los cálculos, junto a los 34 mandatarios arribarán cerca de 4 mil funcionarios y 2500 custodios. Está prevista también la presencia de alrededor de 2500 periodistas y mil militantes antiglobalización, que concurrirán para participar de la simultánea III Cumbre de los Pueblos. A todo eso se sumarán unos 5 mil efectivos de seguridad de Policía Federal, Prefectura, Gendarmería y la SIDE.
La seguridad de la cumbre no deja de preocupar a los funcionarios encargados de la organización. Personal encargado del tema recibió asesoramiento de los expertos canadienses que organizaron la custodia de la cumbre de Québec en 2001 y también estuvieron en Roma para interiorizarse de los operativos montados en los funerales de Juan Pablo II y la coronación de Benedicto XVI. También estuvieron en Chile para ver cómo se manejó la seguridad durante el foro Asia-Pacífico, durante el cual Bush fue objeto de varias manifestaciones.
Bush será, de hecho, el más cuidado, y misiones de avanzada de la CIA y el FBI ya empezaron a diagramar su seguridad (ver nota central). Los norteamericanos alquilaron el Sheraton completo, donde el Presidente se alojará con sus propios cocineros, mucamos y personal de mantenimiento. Allí parará también parte de su comitiva de 2 mil personas y el resto en otros hoteles que también serán copados en su totalidad. Bush llegará a Mar del Plata a bordo del Air Force One y escoltado por cinco aviones Galaxy. Eso representa un problema porque el aeropuerto de Camet no es del todo adecuado para la operación de esas máquinas y por su tamaño tampoco podrían permanecer allí apostadas mientras se haga la Cumbre. La Fuerza Aérea ofreció como alternativa las bases de Tandil y Bahía Blanca, pero a los custodios norteamericanos no los convence no tener los aviones a mano frente a una eventual contingencia.