EL PAíS
• SUBNOTA › CARRIO Y BINNER, VIDAS PARALELAS
Dos desafíos desde otro lado
Por M. W.
Dos circunstancias, al menos, emparientan a Elisa Carrió y Hermes Binner. Ambos tienen buena intención de voto en sus distritos (Capital y Santa Fe) respectivamente, donde incluso lideran las encuestas. Y los dos han logrado acceder a esas posiciones tras un bienio sin haber ocupado ni una banca ni un cargo ejecutivo. Sendas pequeñas hazañas que pocos les auguraban en un sistema político donde el llano suele equivaler al destierro.
Hay también diferencias relevantes, entre ellas la actitud respecto del gobierno nacional. Binner tiene, en su discurso y sus actitudes, mucha más transigencia con el kirchnerismo al que diferencia positivamente del resto del peronismo. Su visión del justicialismo provincial es más crítica, siempre dentro de su estilo muy moderado. En eso se parece algo al intendente de Morón, Martín Sabatella, quien valora de modo muy dispar al peronismo provincial y al kirchnerismo.
Carrió elige un perfil más opositor, aunque reconoce algunos logros al gobierno, en especial en sus primeros meses de mandato.
Binner finca su mira en su provincia, de cara a lograr en 2007 la gobernación que el peronismo le birlara con malas artes en 2003. Carrió es (y pretende ser) una presidenciable. Para consolidar sus chances, los dos han armado coalición con radicales.
El socialismo popular santafesino gobierna Rosario desde hace añares y son pocos los que discuten que lo hace bien. Fuera de las fronteras provinciales, otros socialistas (de posturas más gorilas y con pocos votos) contradicen el modo de construcción de Binner, aunque no lo verbalicen siempre.
Suele describirse a Lilita como mística y desapegada de la realidad, pero sus acciones de los últimos meses desautorizan ese relato. La campaña del ARI en Capital, con muchos menos recursos económicos que sus principales antagonistas es la más prolija y clásica, con Enrique Olivera ocupando el espacio local y Carrió interpelando un voto nacional.
Tratando de replicar a quienes confinan su futuro no mucho más allá de la General Paz, la líder del ARI trasiega el espacio nacional buscando mantener su partido en la mayoría de las provincias. Algunos legisladores que llegaron con el sello ARI en su primera compulsa electoral, en 2001 (Ariel Basteiro, Mario Cafiero. Jorge Rivas) migraron o retornaron hace tiempo a otros partidos. De los once que hoy reportan a Carrió cinco dejan sus bancas. El ARI da por hecho que mejorará su representación parlamentaria actual, computando los 4 legisladores que entrarían por Capital y al menos tres por Buenos Aires. Carrió se ilusiona con sumar de a uno en Tierra del Fuego, Mendoza y Santa Fe, quizá La Pampa.
Binner, que es fuerte en el sur santafesino, está persuadido de haber mejorado su potencial en el norte. Supone una polarización entre su alianza y el PJ, que se llevarían las 9 bancas en disputa. Cree que serán sus huestes las que se alcen con cinco.
Binner y Carrió no se llevan especialmente bien y, de hecho, hace bastante que no dialogan. Sin embargo, los vientos de la historia pueden forzarlos a buscar algún punto de convergencia después de las elecciones.
El gobierno ha construido un imaginario en el que confronta, básicamente, con .la derecha.. Algo que estimula al Presidente quien desea que laArgentina, como las democracias parlamentarias europeas, tenga básicamente dos partidos representando a la centro izquierda y a la centro derecha.
Un escenario político desafiante emergería si se confirman las encuestas conocidas hasta hoy. Esto es, si Kirchner es relegitimado con cerca del doble de votos recibidos en 2003, si el duhaldismo es vencido holgadamente, si López Murphy es barrido y Mauricio Macri vuelve a perder y Binner y Carrió ganan o arañan la punta. Ninguna fuerza de derecha comandando distritos relevantes, partidos alternativos, de tono republicano y progresista, pesando mucho en dos bien relevantes. Un resultado así complejizaría o mejoraría el cuadro institucional desde un ángulo que no es el más transitado por los discursos o las lecturas oficiales. ¿Complejizaría o mejoraría? Elija usted la expresión, lector. Puede optar por usar ambas.
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