EL PAíS
• SUBNOTA › LA CASA ROSADA TENDRA EL CONTROL DE LA CAMARA
El sueño de un Senado K
› Por Eduardo Tagliaferro
“Si por simbología Néstor Kirchner define que el bloque de senadores nacionales tiene que llamarse Frente para la Victoria, nos llamaremos Frente para la Victoria”, comenta a Página/12 un destacado dirigente del peronismo en la Cámara alta. La frase no sólo da cuenta del alineamiento de los legisladores del oficialismo con la Casa Rosada sino también de la dominante supremacía que el peronismo tiene sobre el resto del cuerpo. Ese predominio no lo exime de conflictos de baja intensidad con enemigos íntimos como Carlos Menem o Adolfo Rodríguez Saá o internas silenciosas por ocupar espacios de poder dentro del bloque que aparece como excluyente dentro del Senado.
A comienzos de los ’90 cuando el denominado Grupo de los Ocho, del que participaban Germán Abdala, Carlos “Chacho” Alvarez y Darío Alessandro, rompió con el ascendente Carlos Menem, desde el bloque justicialista les vaticinaron: “Van a comer anchoas en el desierto”. Luego de una década y media, las vueltas de la política hicieron que sea el riojano quien tenga que recorrer ahora el desierto del Senado.
En diálogo con este diario, un conocedor de las intimidades del peronismo legislativo aseguró ayer que recorrer el páramo con una anchoa en la mochila no es el problema de Menem. “Carlos no es Eduardo, no tiene su capacidad de estudio, su oratoria. Su principal objetivo era conseguir fueros parlamentarios ante posibles citaciones o procesamientos judiciales, Eduardo es un cuadro legislativo”, confía el referente peronista que habla con Página/12.
Incluso no falta quien en los pasillos de la Cámara alta especule con que no será por presencia que el riojano brille en las sesiones. Aunque comparta bloque con Menem, los puntanos Adolfo Rodríguez Saá y Liliana Negre de Alonso no parecen a primera vista tan enfrentados con el bloque oficialista como parece. Esto no será obstáculo para que la puntana resigne la titularidad de la Comisión de Legislación General, si es que no retorna a la bancada oficialista.
La gran incógnita es la actitud que tomará Hilda “Chiche” Duhalde. La bonaerense Mabel Müller integra el bloque PJ, algo que no necesariamente su amiga Chiche tendría que repetir. Con aliados y otros apoyos, el peronismo rondará los 43 o 44 senadores. Lo que le garantiza no sólo el quórum propio sino también la cómoda aprobación de los proyectos reclamados por el Ejecutivo. A la hora de especular con incorporaciones, en el oficialismo no podían asegurar si se sumaría el puntano Daniel Pérsico.
Los dos senadores triunfantes en Misiones no sintonizan con el peronismo pero sí con el kirchnerismo. Paradójicamente el senador electo por la minoría, Luis Viana, participará del bloque PJ. Algo similar sucede en San Juan, donde además de contar con los dos senadores electos por la mayoría, el oficialismo sumaría el respaldo del legislador que ingresa por la minoría, Roberto Basualdo. El marco de alianzas del oficialismo no sufrirá cambios. La porteña Vilma Ibarra y el senador cordobés de Luis Juez –el ex arquero de Talleres de Córdoba, Carlos Rossi– seguirán siendo apoyos del kirchnerismo. Con los radicales intentarán mantener buen diálogo pero los resultados del domingo fueron tan contundentes que en el oficialismo afirman que “con ellos todo está claro, perdieron peso y no están en condiciones de hacer grandes reclamos”.
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