Estados Unidos parece resuelto a meter presión para incluir al ALCA en el documento final de la Cumbre de las Américas. Ayer, el embajador en Buenos Aires, Lino Gutiérrez, consideró al resistido tratado de libre comercio “clave para el crecimiento de la región”. Casi al mismo tiempo, el canciller mexicano, Luis Derbez, se reunía en Washington con la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, y su adjunto, Roberto Zoellick, y a la salida hacía sugestivas declaraciones. Aseguró que su país, Estados Unidos y Canadá están “preocupados” por las demoras en la elaboración del documento, al tiempo que consideran que incluir al ALCA en la declaración de Mar del Plata es “un objetivo primordial”. El gobierno argentino, en tanto, explicó ayer que sus esfuerzos estarán puestos en incluir políticas activas para promover el empleo (ver aparte). Es decir, frecuencias diferentes.
No es novedad que Argentina, junto a los gobiernos de perfil progresista de la región, viene manteniendo en las distintas cumbres posiciones diferentes de las que intenta imponer la Casa Blanca. En las rondas previas de la reunión de presidentes que se realizará en Mar del Plata el 4 y 5 de noviembre resultó evidente que esta vez no será la excepción. Cada vez que los negociadores argentinos que encabeza el vicecanciller Jorge Taiana plantearon la necesidad de que el Estado mantenga un rol activo en la economía, alguien de la delegación norteamericana levantaba la mano para expresar su desacuerdo.
Así se fueron delineando los temas en los que había desacuerdo entre las partes y que quedan como potencial foco de conflicto para las rondas finales. Por ejemplo, subsidios agrícolas, la migración, la evaluación de la década del ’90 y el ALCA. Por lo general, en una punta de la discusión están Estados Unidos y Canadá, del otro los países de América del Sur. Estados Unidos suele sumar el voto de algunos gobiernos de Centroamérica.
Entre los muchos temas que tocó ayer, el embajador Lino Gutiérrez habló del ALCA, el acuerdo que Estados Unidos sigue promoviendo en cada encuentro continental pese a la uniforme resistencia que encuentra en muchos de los gobiernos de la región. “A nosotros nos gustaría un ALCA con los 34 países democráticos del hemisferio participando. Lamentablemente no ha sido así, pero no nos vamos a detener, y si no se puede llegar al comercio libre por la vía multilateral, seguiremos por la vía regional o la vía bilateral”, avisó.
Desde Washington, el canciller mexicano se sumó al pedido por la inclusión de una declaración a favor del ALCA en el documento de la cumbre. Y ahí aprovechó para expresar su “preocupación” por las demoras en el documento final. “No estamos ni siquiera en una declaración que se pudiera llamar semidefinitiva: existen corchetes en gran cantidad de las definiciones”, reveló. Lo contrario había dicho el canciller Rafael Bielsa días atrás, cuando habló de un documento “prácticamente concluido”.