En su preocupación por instalar la problemática laboral con fuerza en la Cumbre de Mar del Plata, el gobierno argentino prevé que la declaración final arroje resultados concretos en materia de lo que se denomina “trabajo decente”. Para ello se les pedirá a los organismos financieros internacionales apoyo a la formación profesional de los trabajadores y a las pymes, las principales generadoras de empleo.
El lema de la cumbre será más que explícito: “Crear trabajo para enfrentar la pobreza y fortalecer la gobernabilidad democrática”. En el gobierno argentino no disimulan la satisfacción por el título que se aleja de la temática comercial que abordaron las anteriores reuniones hemisféricas. Claro que al momento de encontrarse con los negociadores de los otros 33 países del continente se dieron cuenta de que no todos piensan de la misma forma cuando se trata de promover el empleo. Estados Unidos y Canadá son partidarios de la libertad de empresa como la mejor forma de generar trabajo y críticos de cualquier rol del Estado en la materia. “La discusión de fondo de la cumbre en lo laboral es el rol del Estado”, explicó ayer uno de los funcionarios argentinos encargados de discutir el documento final. Desde el Ministerio de Trabajo que encabeza Carlos Tomada puntualizaron que la postura argentina es la de plantear un Estado activo con políticas como el impulso a las negociaciones colectivas o a la obra pública.