EL PAíS
• SUBNOTA
Soledad insistió en su testimonio, aunque sus amigos no vieron nada
La chica que dijo haber visto a Pedro Iglesias tirar la bengala ratificó sus dichos. Los amigos que la acompañaban no aportaron detalles: sólo uno declaró haberlo visto, pero dijo que no lo podría reconocer. Contrapunto entre Iglesias e Ibarra.
› Por Raúl Kollmann
Soledad Moreira, la joven que sostiene que vio tirando elementos de pirotecnia a Pedro, el hijo del abogado José Iglesias, se mantuvo ayer muy firme en su reconocimiento y en sus afirmaciones. Al mismo tiempo, de los tres jóvenes que ese día la acompañaban, dos dijeron ayer ante el juez Julio Lucini que no vieron nada y el tercero, su novio, coincidió con ella en que a su lado un joven tiró bengalas, pero manifestó que no retiene su rostro, que no lo puede identificar. “A mí nadie me dio nada, no soy chorra ni corrupta, soy honesta”, le recriminó Soledad al propio José Iglesias ante preguntas de éste que sugerían que su testimonio era falso. En el juzgado coinciden en señalar la solidez de los dichos de Soledad –“no ofreció fisuras”, evaluaron–, también destacaron que los cuatro amigos resultaron auténticos y que no hubo una historia artificialmente armada, pero el testimonio de la chica no se vio reforzado con el de alguno de los varones.
Durante la mañana de ayer, la madre de Soledad, Viviana Moreira, salió a defender a su hija frente a las acusaciones de Iglesias que, el día anterior y también ayer, la señaló como parte de una maniobra armada y pagada por Aníbal Ibarra. “Sole se puso muy mal cuando escuchó que la trataban de delincuente –le dijo Viviana al periodista Ari Paluch por Radio Spika–. Ella dijo solamente lo que vio y ni siquiera sabía que el chico ese al que reconoció como el que tiró bengalas era el hijo del doctor Iglesias. Hace tres meses la citaron, pero como estaba enyesada, llegó con su papá un poco tarde. Por eso le dijeron que no le iban a tomar declaración. Si aquella vez la hubieran escuchado, ella ya iba a contar lo que vio. Ahora, hace 20 días fue a hacer un trámite, también con su papá, al centro. Antes de volverse, pidió pasar por Cromañón para ver la foto de una chica. Como ahora están ordenadas, con fotos nuevas, se encontró la de ese muchacho al que reconoció enseguida. ¿Estás segura?, le preguntó el papá. Y ella contestó que la cara le había quedado grabada. Lo que mi hija no puede asegurar es que aquella bengala fue la que inició la catástrofe, pero que lo vio tirando bengalas, sí lo vio.”
Frente a la acusación de que Soledad estaba complotada con el jefe de Gobierno, Viviana Moreira dijo que su hija sólo había visto a Ibarra una vez, en una reunión de sobrevivientes que son atendidos en el Hospital Ramos Mejía, y en la que le reclamaron una extensión de los apoyos médicos. Iglesias siguió ayer acusando a Ibarra de haber armado el testimonio. El suspendido jefe de Gobierno dijo que no conoce a la chica. “Es un testimonio que se tomó en el juzgado, es un tema judicial”, insistió.
Ante el juez Lucini y el fiscal Juan Manuel Sansone, Soledad mostró una fuertísima personalidad y en un momento de tensión hasta se enfrentó con Iglesias recriminándole lo que había hecho su hijo. La joven reiteró que “había decenas y decenas de bengalas y por eso no se veía nada. Al lado de donde yo estaba, ese chico tiró un Tres Tiros (un elemento pirotécnico), se hizo como una aureola en el techo y empezaron a caer pedazos del techo encendidos”. Soledad –y en esto coincidieron sus tres amigos– ubicó el lugar desde donde se lanzó el Tres Tiros en el piso de abajo, no en el VIP del primer piso donde José Iglesias afirma que estaba su hijo. Además, el abogado menciona que Pedro se había cortado el pelo casi al ras, por lo que de ninguna manera se parecía en ese momento al aspecto que se ve en la foto que estaba colgada en el santuario de Cromañón. Apareció más endeble el argumento de que Pedro Iglesias no tiró la bengala porque tenía rechazo a la pirotecnia: el de Cromañón era el tercer recital de Callejeros al que concurría. Y los recitales del grupo eran un festival de bengalas.
Más allá de las polémicas, lo cierto es que el juez y el fiscal son los que ahora tienen que evaluar los testimonios. El de Soledad quedó aislado ante el hecho de que sus amigos no lo reforzaron. No hubo contradicciones entre ellos, pero la única que se reafirmó en la identificación fue la chica. Desde el punto de vista judicial, si le creen a Soledad, las consecuencias serían dos:
- El supuesto culpable de iniciar el incendio no podrá ser juzgado, porque no existe la imputación contra un fallecido.
- Se dejaría de buscar al que inició la tragedia, algo que está en las antípodas de lo que opinan los familiares de mayor peso, que creen que esa persona está con vida, hay que detectarlo y detenerlo.
En forma paralela, es obvio que nada de esto cambia las responsabilidades que ya existen en la causa. A Chabán no se le reduce la imputación por estrago doloso, el grupo Callejeros continúa acusado por estrago culposo, a los funcionarios se los sigue señalando como responsables de homicidio culposo y los policías federales continúan acusados por coimas.
Nota madre
Subnotas