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La prórroga de impuestos es ley y el Presupuesto se votaba de madrugada
El trabajo a destajo, por una vez, en las dos cámaras permitió, en tiempo record, convertir en ley la prórroga de impuestos que vencían a fin de año y dejar todo listo para la aprobación del Presupuesto 2006 en las primeras horas de hoy. Emergencia Económica, con media sanción.
Después de dar media sanción al proyecto de Emergencia Económica, el Senado transformó ayer en ley las prórrogas de impuestos decisivos para la matriz de ingresos del Estado Nacional y las provincias durante el próximo ejercicio. Lo hizo con una cómoda mayoría, mucho más holgada que la que avaló esas extensiones en Diputados, diluyendo así las objeciones técnicas que pudieren existir sobre la facultad de legislar en materia tributaria sin los dos tercios. El afán de tratar la propuesta de Cristina Fernández de Kirchner para reducir los miembros del Consejo de la Magistratura relegó para última hora del día el tratamiento del Presupuesto 2006, otra de las propuestas clave que la Cámara alta prometía sancionar antes de la Navidad y cuyo debate aún no había comenzado al cierre de esta edición.
El camino estuvo tan allanado como se suponía. Con 44 votos a 18, uno más de lo necesario para obtener la mayoría especial, y siempre a instancias del oficialismo, el Senado avaló la prórroga de Ganancias, Bienes Personales, Monotributo, un gravamen sobre los capitales de las cooperativas, el impuesto al cheque, el adicional sobre el tabaco y la suspensión de exenciones de Ganancias sobre los reembolsos de las exportaciones. En algunos casos, la extensión es hasta el 2006, en otras hasta el 2009. En todas, la prórroga reviste un carácter decisivo, ya que sin estos impuestos se hubiera privado al presupuesto nacional de fuentes vitales para alimentarlo.
La imposición del criterio oficialista no permitió que prosperase ninguna propuesta para modificar los mínimos no imponibles de Ganancias y Bienes Personales, tal como había planteado la oposición en Diputados, con el incontrastable argumento de que tales pisos son muy bajos: está forzado a pagar el tributo a la renta un trabajador soltero en relación de dependencia que gana 1853 pesos y es sujeto del impuesto “a la riqueza” aquel contribuyente que tiene bienes por 102.300 pesos.
Un costado controvertido que se planteó en Diputados fue la cantidad de votos necesarios para aprobar la prórroga de impuestos cuya recaudación se distribuye con criterios singulares, diferentes a los que impone la Ley de Coparticipación Federal. Ni Ganancias ni el impuesto al cheque, por citar dos ejemplos de envergadura, se prorratean en base a aquella norma, por lo que su prórroga manteniendo la regla de distribución actual necesitaría los dos tercios de las cámaras y no una simple mayoría como la que se obtuvo en la Cámara joven.
La extensión de la Emergencia Económica hasta final del 2006 a la que el Senado ayer dio media sanción tiene como objetivo prioritario, aunque no excluyente, habilitar un lapso adicional para discutir los contratos con las privatizadas. Este punto, como la mayoría de las cláusulas, recorta tanto facultades del Poder Judicial como del propio Parlamento, amén de invalidar los acuerdos celebrados con empresas privadas, habilitando al Ejecutivo a fijar nuevas reglas. Este es uno de los aspectos que calentaron el debate, finalmente zanjado por la cómoda mayoría que dispone el Partido Justicialista en el Congreso.
“Si es cierto que tenemos superávit fiscal y comercial, entonces, ¿cuál es la emergencia?”, preguntó en el recinto el radical Rodolfo Terragno. “Si en el 2001 se bloquearon los superpoderes a (Domingo) Cavallo, ¿cuál es la necesidad de generarlos ahora?”, embistió Adolfo Rodríguez Saá. Los diputados justicialistas anoche se aprestaban a sacar un dictamen en la Comisión de Presupuesto y Hacienda que permitiera convertir hoy en ley esta prórroga tratándola sobre tablas.
Así se iría completando el paquete de proyectos económicos imprescindibles, que los senadores se disponían anoche a completar con la sanción del Presupuesto. Un proyecto modificado por el decreto de necesidad y urgencia que habilita el pago al Fondo Monetario con las reservas y que prevé un crecimiento para el año próximo del 4 por ciento, por debajo del grueso de las estimaciones, y una inflación que podría oscilar entre el 8 y el 11, quizás excesivamente modesta considerando la actual evolución de los precios.
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