“Villa Grimaldi es un proceso inmenso con una cantidad enorme de información que fue dispersa a través de estos veinte y tantos años en cientos de procesos”, afirmó hace un tiempo Nelson Caucoto, abogado querellante en la causa que lleva el juez Alejandro Solís. “Cambia la visión de todos los hechos cuando se aglutina información y se hace una relación entre los agentes y testigos que estuvieron, y de los desaparecidos que desaparecieron. De ese punto de vista, creo que esta causa está muy bien enfocada”, agregaba el abogado resaltando la enorme importancia de las investigaciones. “Aparte, los procesamientos de Juan Guzmán –el juez a cargo del caso en un primer momento– han sido ratificados por la Corte en su gran mayoría”, agregaba esperanzado.

Sin ninguna duda, para Caucoto la causa tiene una gran relevancia, ya que en Villa Grimaldi se ha podido comprobar judicialmente lo que no había sido posible hasta el momento: la desaparición y detención de personas, la participación de agentes y sus respectivas identificaciones y también la presencia de testigos sobrevivientes. “Ha sido todo un acumulo de información que se ha ido recreando y generándose, que va a permitir establecer judicialmente que hubo chilenos en este país que fueron secuestrados y desaparecidos. Dios quiera que algún día se pueda también establecer su paradero, aunque esto sea mucho más difícil”, dijo. Lo cierto es que el centro de detención es importante no sólo por la presencia entre los detenidos de la ahora presidenta electa Michelle Bachelet y su madre, sino también por las increíbles atrocidades que se desarrollaban allí, relatadas a través de los años por decenas de ex detenidos.

Sin embargo, el abogado querellante también planteó sus quejas ante el poco sistemático procedimiento de la Justicia. “Hay personas que desaparecieron de Villa Grimaldi, sin embargo están en un proceso que se llama Cóndor. Otros están bajo Operación Colombo pero estuvieron en Villa Grimaldi. En un momento se pensó hacer una sistematización de los casos, pero no se ha logrado”, comentó Caucoto. Pero nunca perdió la esperanza. “Nosotros siempre trabajamos con una sola perspectiva procesal. Si me preguntan qué me motivaba a seguir trabajando por estas causas, era mantener el proceso abierto en espera de un mejor momento. A lo mejor algunos pensaron que nunca iba a llegar, pero yo siempre pensé que sí”, decía el abogado resumiendo su trabajo de años. Afortunadamente para él, sus colegas querellantes y las víctimas, ese momento tan esperado llegó. La causa avanza, y el primer paso en el desafuero de Pinochet ya fue dado.