María del Carmen Falbo, procuradora general de la Suprema Corte Bonaerense, tenía otras expectativas sobre la aplicación de la ley de estupefacientes en la provincia. “Entiendo que no se está trabajando acabadamente con inteligencia previa para perseguir la comercialización, sobre todo del paco y pasta base”, dice en una entrevista con Página/12.

–Ustedes esperaban más investigaciones de tráfico y no tantas de consumo. ¿Qué pasó?

–La inteligencia previa para llegar a desbaratar la comercialización casi no se ha dado, salvo excepciones. Creemos que hay que rectificar algunas de las líneas para poder llegar a que realmente se haga investigación y se combatan los famosos quioscos, la “pasta base” o “paco” que destroza las mentes de los chicos. Ahí es donde hay que enfilar la verdadera investigación para que la ley sea operativa y tenga un resultado importante.

–¿La Justicia provincial está preparada para eso?

–Debo decir que antes de que se ponga en vigencia reclamamos una cantidad de cargos para poder reforzar a las unidades con pequeños equipos que se fueron formando con especialización en este tema. La idea no es que sea la policía la que les trae las causas a los fiscales, sino que éstos participen. Pedimos más de 200 cargos. Pero el Ejecutivo aprobó 120.

Con esos cargos no creamos fiscales sino grupos que dependieran de las Fiscalías Generales. Estos llegaron en diciembre, prácticamente después de que comenzó a funcionar la ley. La cuestión es seleccionar, proponer y nombrar. Lo hicimos en tiempo increíblemente meteórico.

–¿Cómo ha sido el trabajo?

–Ese equipo empezó a los empujones. Recién ahora hay un curso específicamente para esos equipos rápido y práctico de qué se hace, en qué circunstancias, cómo organizar la verdadera investigación e inteligencia.

–¿Qué drogas se han secuestrado?

–El mayor porcentaje de droga secuestrada ha sido marihuana: el 86 por ciento del total. En La Matanza, en la semana se secuestraron 80 kilos de hoja de coca. Esto no lo vimos en otros departamentos. La pasta base es el 3 por ciento.

–¿Qué hay que cambiar en la estrategia de aplicación de la ley?

–Entiendo que no se está trabajando acabadamente con inteligencia previa para perseguir la comercialización sobre todo del paco y pasta base, que según la información que tenemos, es la que se distribuye en mayor escala y que es lo más nocivo, el quiosco que vende el paco. No quiere decir eso que no se investiguen todas las drogas. Creí que en esta primera etapa habría mayor cantidad de procedimientos de este tipo. No es lo representativo de lo que cualquier ciudadano manifiesta.

–¿Por qué cree que esto es así?

–Creo que por varias razones, primero porque recién comienza a ponerse en marcha la ley. Pero además faltan criterios para unificar una política criminal clara. La ley no está reglamentada. Lo dije en muchas notas que uno de los mayores obstáculos es la ley, que no es clara.

–Los vecinos consultados dicen que no confían en la policía.

–La gente puede denunciar ante el fiscal, no ante la policía. A los fiscales les marcaremos que hay que cambiar las pautas anteriores, no se puede delegar todo en los policías. No sé cuál es la directiva de la fuerza. He estado reunida con (el ministro León) Arslanian, con (Martín) Arias Duval, y les dije qué pretendía. Lo que no sé es qué bajaron y qué es lo que hacen los que están abajo. Tengo una reunión pendiente con el Ministerio de Seguridad la próxima semana. A los fiscales no les gustó cuando llegó la ley, pero asumimos y decidimos que con la ley no seremos los patos de la boda, iremos a buscar lo que la sociedad está esperando. Claro que combatir la droga no es para todos, tiene que haber astucia, y tiene que haber ganas. En Mercedes, con uno de los equipos de ayudantes fiscales nuevos los últimos días de diciembre se mandaron ellos solos, cuando nadie les traía ni les daba. Pero lo hicieron sin la policía.