EL PAíS • SUBNOTA › COMO VEN AL JUEZ SUS COLEGAS BONAERENSES
› Por R.K.
Las demoras y rechazos de órdenes de allanamiento y detención, cuyo protagonista esta vez es el juez Rafael Sal Lari, vienen produciendo un fuerte debate desde hace rato entre los magistrados bonaerenses. Sucede que el cuestionamiento al juez está relacionado con su mirada filosófica: prácticamente todos los consultados por este diario lo consideran un magistrado honesto, de buena formación jurídica, pero reacio a detener y allanar.
“No se puede detener a una persona por una simple denuncia –le explicó a este diario un juez penal bonaerense–. O sea que nosotros, los magistrados, no aceptamos librar una orden de captura sólo porque una persona dice que otra le robó un televisor. Ahora bien, si aparece un vecino y dice que vio al sospechoso entrar en su casa con un televisor, es decir que hay un nuevo indicio que le da verosimilitud a lo denunciado, ahí sí hay elementos para otorgar la orden de allanamiento o detención.”
Con este criterio a la vista, la mayoría de los magistrados consultados por Página/12 se mostró en desacuerdo con el perfil que exhibe Sal Lari en este caso y en otros. “Tiene que primar el sentido común y una valoración de la prueba que ayude a esclarecer los casos. No se pueden rechazar los pedidos de los fiscales casi por principio, sobre todo teniendo en cuenta que se está al inicio de una investigación, al inicio del armado de un rompecabezas”, evaluó otro juez.
Es que, además, el magistrado tiene una segunda oportunidad de valorar las pruebas a corto plazo. Una vez realizada la detención, se exhiben las pruebas ante el imputado y su abogado defensor, y se realiza la declaración indagatoria en la que el detenido puede explicar por qué las cosas no son como dicen los fiscales. El paso siguien-
te –dentro de los diez días– es que los fiscales piden el procesamiento y la prisión preventiva del imputado, y allí el juez tiene esa segunda oportunidad de valorar las evidencias.
En el caso del Banco Río, el pedido de detención de Gastón de la Torre, rechazado tres veces por Sal Lari, fue apelado por los fiscales. El caso recayó en la Sala Tercera de la Cámara de Apelaciones de San Isidro, un tribunal que sintoniza filosóficamente con Sal Lari y en el que, además, Sal Lari actuó como secretario. Hasta el momento, la Sala Tercera ni se reunió para considerar la apelación, lo que constituye ya una demora en un proceso que debería ser urgente. En este caso no existe el peligro de fuga porque Gastón de la Torre –que hace un año salió de prisión por robo a mano armada– permanece detenido por un juez porteño por el delito de tenencia de armas de guerra, ya que se le encontraron en la habitación dos pistolas 9 milímetros. Todo indica que, como es tradicional, la Sala Tercera respaldará a Sal Lari.
En ese momento se abrirá otro capítulo en la polémica. El incidente sería resuelto por la Cámara de Casación bonaerense porque los fiscales llevarán allí su apelación. Lo más probable es que Casación revoque las decisiones de Sal Lari y la Cámara Tercera, con lo que tal vez se mitiguen los efectos concretos respecto de Gastón de la Torre: es casi seguro que el joven quedará detenido no sólo por la tenencia de armas sino también por su participación en el robo del banco. Sin embargo, el debate seguirá abierto y promete nuevas idas y vueltas que serán muy difíciles de entender para el ciudadano común.
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