La oposición en el Congreso reaccionó molesta por haberse sentido “retada” por el Presidente durante su discurso de apertura del período 124º de sesiones ordinarias. Sin embargo, al mismo tiempo, le cayó bien que Néstor Kirchner defendiera el pluralismo al instar a la clase dirigente a entender el “derecho a tener una verdad relativa, a poder discutir y tener visiones diferentes que enriquecen”. Lo hizo al homenajear a los “30 mil que desaparecieron por pensar distinto”. El Presidente se dirigió a una oposición fragmentada por efecto reciente de los alineamientos a favor de la reforma del Consejo de la Magistratura: el interbloque de centroderecha Propuesta Federal sigue perdiendo integrantes, los radicales quieren expulsar a cinco de los suyos y el duhaldismo intenta pegar con saliva las resquebrajaduras de un bloque a punto de partirse. Así y todo, cuando terminó el discurso los principales referentes hablaron en el Salón de los Pasos Perdidos y cuestionaron la ausencia de “reformas estructurales” en lo impositivo, lo previsional y en la distribución de la riqueza.

Todavía poco acostumbrado a la rutina parlamentaria, Mauricio Macri fue bastante benévolo a la hora de analizar las palabras de Kirchner. “Rescato varias cosas, como el compromiso con la austeridad fiscal o el reconocimiento de que las inversiones todavía no son suficientes. Y también la apuesta a la infraestructura básica”, elogió el líder de PRO. Pero enseguida aclaró que “son todas buenas intenciones que hay que llevarlas a cabo”. Más duro fue el coordinador del bloque que comparten con los diputados provinciales, Federico Pinedo, quien acusó al Presidente de tener “doble discurso”.

Roberto Iglesias, diputado radical y presidente del Comité Nacional, consideró auspiciosa la convocatoria a dialogar con el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez. “Esto demuestra que teníamos razón cuando decíamos que la solución al tema de las papeleras es una reunión entre los dos presidentes”, recordó. Al igual que otros legisladores opositores, destacó la prometida revisión de la Ley Federal de Educación. Pero señaló que fue “el único planteo en cuanto a revisar políticas” porque “por lo demás hizo un recuento de los hechos positivos producidos por dos sustentos que tiene la economía actual, la devaluación y la inmejorable situación internacional”. El radical cuestionó que “no hay reforma de coparticipación, no hay reforma del régimen tributario, no hay una propuesta en política energética, ni habló de la reforma previsional, y con los planes sociales siguen manteniendo el asistencialismo. Tampoco hubo nada en cuanto a la distribución equitativa del ingreso”. Respecto de los reiterados cuestionamientos hacia al rol de la oposición durante el debate por la reforma del Consejo, Iglesias entendió que el Presidente “mantuvo el estilo agresivo con aquellos que planteaban otra alternativa, y con lo que dijo ratificó que el Consejo es un instrumento más en el camino hacia un proyecto hegemónico”.

En el mismo sentido, el presidente del bloque ARI, Eduardo Macaluse, calificó los dichos presidenciales como “alusiones desubicadas con chicanas de cuarta categoría que no corresponden al respeto con que los escuchamos sino más bien a un puntero del conurbano”. Sobre el resto del discurso, el arista dijo acordar “en términos generales con el Presidente”, pero afirmó que “el problema es que muchas veces hace lo contrario de lo que manifiesta”.

A Macaluse le pareció incorrecto el pedido público de Kirchner a Vázquez respecto del conflicto por las papeleras. “Cuando uno quiere acordar con un presidente de otro Estado se trabaja ese acuerdo con la diplomacia en forma confidencial, y no apretándolo desde una tribuna”, expresó eldiputado. En cambio, para el diputado CTA Claudio Lozano este anuncio fue “lo único interesante”.

Lozano criticó que el discurso presidencial “no tuvo líneas de futuro”. Su preocupación es que “el Gobierno insiste en una suerte de desarrollismo en materia económica, que se basa en una profunda desigualdad. El Presidente dijo que es ‘sinuosa’ la situación de la distribución, lo cual es un modo elíptico de no dar cuenta de lo que el Indec le marcó en su última medición. La desigualdad no sólo no se modificó, sino que se amplió”, enfatizó el barbado legislador. Y enumeró “omisiones en temas estructurales”, tales como lo impositivo y lo previsional.

Los senadores no estuvieron ausentes al momento de las críticas. El radical Ernesto Sanz desmintió al Presidente en cuanto a que “no es cierto que no haya habido propuestas” desde la oposición sobre la reforma del Consejo de la Magistratura. Mientras que el socialista Rubén Giustiniani se sumó al cuestionamiento por la falta de anuncios en torno de “la recomposición a los jubilados, a una reforma previsional e impositiva y a los servicios públicos concesionados”. El senador rescató “las palabras del final en cuanto a aceptar las diferencias de opiniones”, pero expresó que espera “su puesta en práctica en forma permanente”.

La diputada Norma Morandini, del Partido Nuevo que responde al intendente de Córdoba Luis Juez, confesó que “al principio una se pone contenta por todos los logros, pero después tuve la sensación de que me retaban por algo que no he hecho”. Morandini agregó que “ojalá que su homenaje a los 30 mil desaparecidos y su apego al pluralismo se haga carne en cada uno de nosotros”.