Dom 12.03.2006

EL PAíS • SUBNOTA

La destitución en debate

Patrick Rice es un sacerdote irlandés que eligió vivir en la Argentina, donde fue el superior de la fraternidad de los Hermanitos del Evangelio (Charles de Foucauld). La represión dictatorial se ensañó con ellos, por su trabajo con sectores marginados, rurales y urbanos. En octubre de 1976 fue secuestrado y torturado y sólo salvó la vida por la presión internacional. Fue expulsado del país y desde Gran Bretaña y Estados Unidos se constituyó en una valiosa antena internacional del Movimiento en defensa de los derechos humanos. Lo que sigue es su intercambio de cartas con Horacio Verbitsky a raíz de la destitución del jefe de gobierno de la Ciudad autónoma de Buenos Aires.


Injusta y antidemocrática

Quiero expresar mi desacuerdo con tu columna en Página/12 donde expresas tu satisfacción por el funcionamiento de las instituciones en la Ciudad de Buenos Aires que llevaron, juicio político mediante, a la destitución de Aníbal Ibarra. No estoy de acuerdo con vos. Como muchos porteños, o residentes en esta ciudad, seguí de cerca las audiencias de este juicio político y sinceramente no encontré pruebas de tal mal desempeño de sus funciones, ni antes ni durante ni después de Cromañón, como para merecer su destitución. Hubo muchas cosas que se podían y se debían haber hecho mejor. Pero no se reveló algo tan grueso en su desempeño como para merecer esta decisión. Pero al tolerar tantas irregularidades en el juicio político desde las amenazas de muerte proferidas desde la tribuna pública hasta un recusado votando en contra de su propia recusación, se podía esperar cualquier resultado. Lo que pasa es que como Aníbal Ibarra no tenía ninguna corporación política atrás para defenderlo, entonces fue fácil sacarlo del medio. El antecedente es nada alentador para los independientes o los representantes de partidos chicos que piensan postularse para un cargo público.

Su destitución es injusta y anti-democrática. En esto comparto la opinión de la mayoría de la ciudadanía de la Ciudad de Buenos Aires. Produce tristeza y preocupación. Uno vive entonces esta situación como un verdadero despojo de la voluntad democrática de la población de la Ciudad de Buenos Aires. ¡Esta es la realidad! Como sabes hay muchos antecedentes de la historia argentina por esta situación y no son exactamente democráticos.

Y con respeto a tu opinión final de que ahora se le ofrece al Presidente Kirchner la oportunidad de inaugurar sus políticas en la ciudad de Buenos Aires me parece lamentable. Como Jefe de Gobierno, Jorge Telerman estará obligado a cumplir, ni más ni menos, con el mandato democrático que recibió junto a Aníbal Ibarra del pueblo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Y en el año 2007 va a haber elecciones para decidir los nuevos mandatos. Así no veo cómo puede cumplirse tu pronóstico dentro del funcionamiento democrático. En definitiva, Horacio, lo que estás proponiendo no es muy democrático que digamos. ¿O estoy equivocado?

Patrick Rice


Nepotismo y corrupción

Te agradezco tus reflexiones. En nuestra sociedad no hay costumbre de debatir, todas son peleas. Por lo tanto, celebro tu desacuerdo y la forma en que lo expresas. Por cierto que estas cosas son opinables, y en varias dimensiones. Respecto del caso Cromañón, creo que sí hubo cosas muy gruesas en el desempeño de Ibarra. Sólo el nepotismo y la corrupción permitieron que Cromañón estuviera habilitado pese a las severas advertencias desde distintas instancias institucionales. Y se trató de decisiones adoptadas por el propio Ibarra y su núcleo íntimo, formado por personas elegidas por su relación personal y no por su capacidad. Ese es un mal generalizado en nuestro país y no exclusivo de Ibarra. Pero cuando su consecuencia son casi 200 muertes, no se puede argumentar que todos lo hacen y así librarse de responsabilidad.

Por cierto que no comparto las amenazas, pero eso no mejora la posición de Ibarra. Respecto de las cuestiones procesales, son propias de la falta de reglamentación y de precedentes, en una institucionalidad joven. Hay para ellas un remedio judicial, al que Ibarra dijo que acudirá. Es un verdadero exceso comparar tal cosa con el golpismo o con la persecución nazi a los judíos, como hizo mi querido amigo Tito Cossa.

Luego vienen las cuestiones políticas. Es cierto que Ibarra no tiene quien lo defienda, pero esa es la cosecha de lo que sembró. No te olvides que llegó al cargo con el apoyo de Kirchner y Carrió, pero luego pretendió manejarse como si el suyo fuera un liderazgo carismático. Resolvió las cuestiones cotidianas con la corruptela, en sociedad vergonzante con el macrismo, que ha sido su principal socio en el gobierno, a pesar de las acusaciones públicas.

Su torpeza llegó al límite de decir que esto le pasaba porque no era peronista ni radical, cuando todos sabían que los votos dudosos eran de la radical Polimeni y del peronista Rebot. Así es muy difícil conseguir defensores.

Tu razonamiento sobre los independientes o los partidos chicos es incongruente, porque para llegar al gobierno hay que tener mayoría. El que logra la mayoría deja de ser chico. Lo que tiene que hacer es conservarla durante su ejercicio. Ibarra no lo hizo, pese a que tenía condiciones objetivas inmejorables para ello.

Al contrario de tu afirmación, creo que el antecedente sólo es desalentador para la corporación política, como muy bien expresó su máximo exponente, el doctor Alfonsín. Lo que queda demostrado es que no es imposible reclamar responsabilidad, que los ciudadanos pueden hacerse escuchar. Yo he oído a políticos inquietos, decir ¿qué me podría pasar a mí si destituyeran a Ibarra?

No considero antidemocrático un proceso que está contemplado en el estatuto constitucional, que permite poner límite a los abusos del poder y garantiza la defensa al exigir una mayoría abrumadora de 2/3 para llegar a la destitución. Antidemocrático me parece el intento de Ibarra de eludir la rendición de cuentas a la Legislatura y la fantochada del plebiscito, un instrumento concebido para que el ciudadano cuestione al gobierno y no a la inversa. Si la opinión de la sociedad fuera la que las encuestas difundidas por Ibarra dicen, con la movilización de recursos públicos que hizo hubiera conseguido las firmas. Sí tienes razón y yo estoy equivocado (cosa que no me extrañaría, porque me he equivocado muchas veces en mi vida) volveremos a oír de Ibarra porque el pueblo confiará en él.

No sé a qué antecedente de la historia argentina te refieres. Yo tengo in mente los golpes militares, los derrocamientos de gobernadores por los vicegobernadores peronistas en 1974 o el helicóptero de Fernando de la Rúa. No me parece que sea comparable.

Tampoco entiendo por qué te parece poco democrática mi opinión final. Yo no afirmo que Telerman tiene que cumplir un mandato distinto del que recibió junto con Ibarra. Creo que es Ibarra el que no lo cumplió. Mucho antes de Cromañón escribí sobre la corrupción que estaba minando su gobierno. Incluso le presenté los detalles de un caso, con la intención de ayudarlo. Puso cara de sorprendido y no hizo nada para corregirlo. Todo eso ocurría muy cerca de él. Ojalá Telerman sí cumpla ese mandato (no pongo ni un dedo en el fuego por nadie hasta no verlo actuar). En ese caso pienso que contará con el apoyo de Kirchner, a quien Ibarra no escuchaba salvo cuando lo necesitó como salvavidas.

Respecto de las elecciones de 2007 pienso que Kirchner llegará a ellas en la Ciudad sin el lastre que significaba Ibarra, como se apreció en las selecciones de 2005. Bielsa fue muy mal candidato y el PJ de la capital daba vergüenza ajena. Pero Ibarra también tuvo responsabilidad en el resultado, porque mucha gente votó en su contra.

En fin, bienvenida la discrepancia que permite profundizar los debates.

Horacio Verbitsky


Cámpora

Agradezco tu opinión y verdaderamente explicaste muchas cosas. El antecedente histórico que pensaba aunque hay diferencias fue la renuncia de Cámpora a la Presidencia en 1973. Se quedó sin un gobierno popular por un mecanismo de la política misma. No es que Telerman sea Lastiri pero ciertamente no es Ibarra, como tampoco Lastiri fue Cámpora. Hay diferencias de origen y de prácticas ciertamente.

Patrick Rice

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