Mar 28.03.2006

EL PAíS • SUBNOTA  › LOS DOS MIL TRABAJADORES DE BOTNIA TEMEN POR SUS SALARIOS

“No descartamos ocupar las papeleras”

Un nuevo frente de tormenta asoma en Uruguay luego de la decisión de la empresa finlandesa Botnia de paralizar las obras por 90 días. Se trata de la situación de los trabajadores contratados por la papelera, que aún no saben cómo van a cobrar los tres meses de salario ni cuentan con garantías sobre el futuro de sus puestos. En total suman unos dos mil obreros, con un sueldo promedio de 350 dólares por mes. Ayer, el gobierno uruguayo les aseguró que “no perderán sus jornales”. Sin embargo, en el Sindicato Unico Nacional de la Construcción y Anexos (Sunca) continuaron las dudas al respecto y amenazaron con tomar medidas drásticas si no se definen las condiciones en las que quedarán los empleados.

Para definir la situación, la administración de Tabaré Vázquez mantuvo varias reuniones con directivos de las dos papeleras, pero todavía no se ha confirmado si Uruguay se responsabilizará por el pago de los salarios o si será la finlandesa la que deba hacerse cargo de una masa salarial que supera el millón de dólares por mes. La cuestión seguramente se filtrará en el encuentro que Vázquez mantendrá mañana con su par argentino, Néstor Kirchner. Aunque el gobierno uruguayo ya dio un paso en el tema y convocó para ese mismo día a un encuentro con las empresas y sus contratistas.

Hasta ahora, la única señal que recibieron los trabajadores fueron las declaraciones del ministro de Trabajo, Eduardo Bonomi, quien, tras una reunión con el Consejo de Ministros, les aseguró que “no perderán sus jornales”. Como respuesta, los dirigentes gremiales exigieron que se defina “lugar y fecha donde los empleados cobrarán en los próximos tres meses”. Así lo expresó el secretario general de Sunca, Jorge Mesa, quien en diálogo con este diario describió la tensión que por estos momentos se vive en el país vecino.

–¿Cómo recibieron los trabajadores la noticia sobre la suspensión de la construcción de Botnia?

–Hasta ahora no hubo un comunicado público, lo único que se conoció fue lo que salió en los medios de comunicación. Lo que dijo la empresa a los trabajadores es que en estos días va a haber novedades.

–Entonces, ¿continuaron los trabajos con normalidad?

–Sí, pero ya empezaron a tomarse las medidas que se toman los días previos a cualquier paralización de una obra. Se comenzó a pensar en la terminación de los trabajos iniciados y se frenó el ingreso de personal nuevo.

–¿En qué situación están las obras?

–Y ya prácticamente hay un cincuenta por ciento hecho.

–¿El gobierno de Tabaré Vázquez se ha contactado con ustedes para discutir cómo se procederá en caso de que se suspendan las obras?

–Hemos tenido contacto con el Gobierno y las empresas por separado. Efectivamente, hablamos con el ministro de Trabajo, Bonomi, quien se comprometió a convocar un ámbito de negociación común, en el que participen Botnia, Ence, el sindicato y las contratistas. Porque la mayoría de los trabajadores están subcontratados, sólo un centenar fue empleado directamente por Botnia.

–¿Cuál es la posición de los trabajadores?

–Las declaraciones de Bonomi nos pueden a llegar tranquilizar algo, pero lo que verdaderamente nos puede hacer tranquilizar en la firma del documento tripartito, en donde se registre uno por uno el nombre de todos los empleados, estableciéndose lugar y fecha dónde cobrarán en los próximos tres meses. Es que hay mucho por definir: quién asumirá el pago de los jornales, cómo se reincorporará a la gente, etc. Es mucha incertidumbre para trabajadores que llevaron a sus familias a Fray Bentos. Eso implica un gran esfuerzo. Por ejemplo, hay empleados que ya empezaron a ubicar a sus hijos en las escuelas. Nosotros reclamamos que se garanticen las condiciones de vida que los trabajadores tenían previstas para los próximos meses. Por eso estamos en situación de alerta y no descartamos la posibilidad de que se ocupen las obras si siguen sin ofrecernos garantías.

–¿Cuántos trabajadores tiene Botnia?

–Se habla de 1800, pero hay que tener en cuenta las fuentes de trabajo indirecto que genera. Por ejemplo, hay unas quinientas personas que intervienen en la construcción de las viviendas que Botnia prevé para sus empleados. Entonces hablamos de un enorme porcentaje de fuentes de trabajo. Esto es de un valor importantísimo dentro de un contexto marcado por la crisis histórica que viene teniendo el sector de la producción, el más golpeado por la crisis de 2002.

Informe: Carolina Keve.

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