–¿Va a convocar a un plebiscito para terminar con los cortes de ruta?

–Sí, porque ya tenemos la experiencia en Entre Ríos. Lo hicimos en el ’96, cuando yo era intendente de Concordia, y en Federación, donde el intendente era radical. Se hizo con el padrón electoral y a pesar de que era voluntario votó el 80 por ciento de la población y el 90 por ciento lo hizo en contra de la privatización. Así resolvimos la disyuntiva.

–Pero ahora se trata de una actitud que decidieron los propios vecinos. ¿Por qué cree que no pudieron convencerlos de no volver a cortar la ruta?

–Ayer (por el martes) estuvimos tres horas hablando con ellos. Lo que pasa es que en este tipo de asambleas horizontales ellos después informan al resto, o informan mal, y todos resuelven. Cuando nos fuimos de la Cancillería, yo creí que ellos habían entendido que volver a cortar las rutas era perjudicial para la estrategia que debe adoptar la Argentina.

–¿Los asambleístas hicieron cuestionamientos a esa estrategia?

–Consultaron sobre lo que había anunciado el secretario general del gobierno uruguayo, Gonzalo Fernández, cuando dijo en Montevideo que la Argentina no iba a discutir ni la construcción ni la localización de las papeleras. (Jorge) Taiana les leyó el borrador del documento donde se especifica que el estudio de impacto ambiental se hace sobre las plantas que se están construyendo en Fray Bentos. Admitir que las plantas se están construyendo no quiere decir que se las acepte. Después pidieron la copia del documento, pero el canciller les explicó que sólo se trataba de un borrador y que sólo se los podía dar si las firmas de los presidentes lo convertían en un documento público.

–¿La Argentina va a plantear la relocalización de las plantas?

–Se había acordado con el gobierno uruguayo la realización del estudio de impacto ambiental a través de una comisión de tres técnicos por país, que tenían un plazo de 45 días para emitir su conclusión. Después, en Mar del Plata, los presidentes resolverían cómo se continuaba. Si el estudio demuestra que las plantas contaminan, la Argentina podría pedir su relocalización.

–¿Cuánto tiempo necesitan para armar el plebiscito?

–En tres semanas lo tenemos listo. En Colón el intendente ya está elaborando la ordenanza que enviará al Concejo Deliberante, que está dispuesto a aprobarlo. En Gualeguaychú gobierna Nuevo Espacio, que reúne a diferentes partidos, el ARI, kirchneristas, radicales, pero espero que no haya problemas. Estamos buscando al intendente para proponerle el tema.

–¿El plebiscito es sólo para decidir que se terminen los cortes de ruta?

–Sí, porque esa situación nos deja mal parados en los dos planos: el diplomático y el jurídico, si tenemos que recurrir a la Corte de La Haya.

–Usted parece convencido de que los cortes no representan a la mayoría de los ciudadanos de Gualeguaychú.

–La asamblea es horizontal. Hay gente que actúa de buena fe y otros que llevan agua para su molino, son minoría pero se mueven muy bien, o buscan diez minutos de gloria, porque ahí están todos los medios de comunicación.

–¿Y si no abandonan la ruta, en caso de que resulten minoría?

–Ni nosotros ni el gobierno nacional quieren reprimir la protesta. Acá, estoy seguro, la mayoría no quiere contaminación, otros directamente no quieren las pasteras y algunos creen que se pueden quedar a vivir en la ruta. Que la gente vote, a suerte y verdad. Vamos a respetar esa decisión de la mayoría.

–¿Se puede esperar tres semanas más sólo para reencauzar la negociación con Uruguay? ¿No se dilata todo demasiado?

–Todo lo que sea necesario hacer hay que hacerlo. El gobierno uruguayo se mostró dispuesto a negociar y la decisión de la finlandesa Botnia demostró que no quiere que se haga el estudio de impacto ambiental.

–¿Ahora usted diferencia al gobierno uruguayo de las empresas?

–Creo, y esto es sólo una opinión personal, que el gobierno uruguayo también se dio cuenta del poder que el convenio firmado por (Jorge) Batlle les otorgó a las compañías. Por eso (Julio María) Sanguinetti, (Luis) Lacalle, toda la derecha uruguaya iba a apoyar a Tabaré, para decirle que yo era el jefe piquetero. Tabaré tuvo una discusión fuerte con Botnia, el gobierno uruguayo hace esfuerzos por mantener el acuerdo firmado en Chile. Es una situación muy complicada, pero, en lo personal, considero que el gobierno de Uruguay no tiene ninguna complicidad con las compañías.