“A mí me incomoda saber de la discusión de las papeleras. Yo creo que tenemos que encontrar una solución y los que van a encontrarla son la Argentina y Uruguay.” Las palabras del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, sobre las diferencias diplomáticas que generaron la construcción de dos plantas de pasta de celulosa en Fray Bentos –sobre la costa oriental del limítrofe río Uruguay– reafirmaron que el Mercosur no es indiferente al problema, aunque también dejaron claro que la solución deberá llegar de la mano de un acuerdo bilateral entre los países en conflicto. Lula se refirió al tema de la papeleras en la apertura de una reunión de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que se realizó ayer en un complejo de comunicaciones de la ciudad de Brasilia. “No es para asustar a nadie”, insistió el mandatario brasileño para intentar quitarle dramatismo a la delicada situación entre Argentina y Uruguay y las consecuencias que el diferendo podría trasladar al Mercado Común. “Son divergencias propias de naciones que están viviendo una etapa en su relación política interna y su relación política externa”, remarcó Lula sin demasiadas precisiones para no aparecer mezclado en un intento mediador que la Argentina ya ha rechazado.