EL PAíS • SUBNOTA
Los represores Antonio Domingo Bussi, Luciano Benjamín Menéndez y Roberto “El Tuerto” Albornoz fueron procesados con prisión preventiva por la desaparición del periodista tucumano José Eduardo Ramos y su mujer, Alicia Dora Cerrotta, que estaba embarazada al momento de su secuestro. El juez Jorge Parache les trabó embargos de 500 mil pesos a cada uno.
Ramos tenía veintiún años y su compañera veinticuatro cuando se los llevaron de su casa, el 1° de noviembre de 1976. El trabajaba en el noticiero del Canal 10, de la Universidad Nacional de Tucumán. Ella cursaba su última materia de la carrera de Psicología. Se sabe, por testimonios de sobrevivientes, que estuvieron en el centro clandestino que funcionaba en la Jefatura de Policía de la provincia, al mando de Albornoz. “Creemos que allí, en su cautiverio, Alicia pudo haber tenido a su hijo, porque la vieron hasta junio de 1977, pero aún no tenemos la certeza”, dijo la abogada de la familia, Elizabeth Noli. La investigación también fue impulsada por la Asociación de Prensa de Tucumán.
Bussi, Menéndez y Albornoz fueron procesados por los delitos de asociación ilícita y privación ilegal de la libertad. Ya estaban detenidos por otras causas sobre crímenes de la dictadura. Parache también avanzó en otro expediente contra Bussi en el que le imputó la desaparición del médico Julio Apaza, en mayo de 1977.
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