EL PAíS • SUBNOTA › NILDA ELOY, LA PRIMERA TESTIGO DEL JUICIO
› Por L. V.
Nilda Eloy es una de las sobrevivientes por cuyo caso está acusado Etchecolatz, bajo los cargos de secuestro y torturas. Será la primera testigo del juicio oral, en la audiencia de mañana.
–¿Cuántos años tenía cuando la secuestraron?
–Diecinueve.
–¿Era estudiante?
–Estudiaba medicina y trabajaba. Digamos que tenía todos los boletos, porque además pensaba, pertenecía a mi generación. Me vinieron a buscar a mi casa a las doce de la noche, una patota de más de veinte personas que rompieron la puerta. Al comando de esta patota estaba Etchecolatz.
–¿Esa noche estaba sola?
–No, yo vivía con mi mamá, mi papá y mi hermano. Rompieron todo y como teníamos un pequeño kiosco, después volvieron para robar lo que no habían alcanzado a llevarse. A mí me trasladaron al centro clandestino de detención La Cacha, donde a los tres días, después de haber pasado por torturas, me llevaron a hablar con un supuesto “coronel”. Le reconocí la voz porque era la misma persona que daba las órdenes cuando entraron a casa. Después de ahí siguieron once meses como desaparecida, con un periplo de seis campos de concentración, y después me pasaron a Devoto.
–¿En qué momento empezó a reclamar para que este juicio fuera realidad?
–Yo estuve muchos años en silencio, no pude hacer la denuncia en la Conadep ni presentarme en ninguna causa, tenía miedo. Recién en el año ’98 algo se movió dentro de mí, me acerqué a la Asociación de Ex Detenidos y pude hablar. Testimonié por primera vez en el ’98.
–¿En el Juicio por la Verdad?
–Sí, ésta es una causa que se inició, como dice Adriana Calvo, por hartazgo. Se sumaron tantos testimonios de quienes no habíamos declarado nunca que (El juez Leopoldo) Schiffrin armó un paquete e inició una denuncia penal. Todavía estaban en vigencia las leyes de impunidad, pero él lo hizo, le buscó la vuelta. Eso demuestra que cuando los jueces quieren, pueden. Los presentó como casos no juzgados todavía. Esta causa dio muchas vueltas, fue cajoneada, se perdió en la Capital, pero igual nos presentamos como parte querellante con Jorge López, que es otro sobreviviente, la Asociación de Ex detenidos y la APDH La Plata. La remamos, la seguimos hasta que volvió a La Plata a fines del 2004.
–¿Qué espera del juicio?
–Que haya cárcel efectiva. En nuestro país existen pabellones de gerontes, por ejemplo en Devoto. Que cumpla su condena en un pabellón de gerontes; no va a estar en las mismas condiciones que estuvimos nosotros, seguramente, pero libre no puede estar.
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