Desde Rosario

El presidente Néstor Kir-chner reclamó ayer desde Rosario la aprobación de la ley de administración financiera por el Congreso, fustigó a los “pícaros” que hablan de superpoderes y a quienes “lo atacan y lo agravian”. Así dejó en claro que “necesita” de la ley y reclamó su aprobación. “Yo estoy necesitando los instrumentos para poder gobernar y llevar a la Argentina adelante pero me tratan de trabar, de cortar.”

Kirchner pronunció un discurso sin medias tintas donde hubo castigos para opositores y por otro lado preservó la relación con una pata socialista, la del intendente Miguel Lifschitz con quien compartió el escenario junto al gobernador Jorge Obeid, la vicegobernadora María Eugenia Bielsa y el ministro de Planificación Federal Julio De Vido.

El Presidente recordó cuando con Obeid y Lifschitz habían conversado sobre la manera de “erradicar la marginación que generó las décadas de aplicación de políticas neoliberales”. Enseguida entró muy fuerte con la ley de administración financiera que por la tarde se trataría en el Congreso nacional y explicó por qué la necesitaba. “Algunos pícaros la llaman de superpoderes”, dijo y señaló que la tienen “todos los gobiernos provinciales y muchos municipales, incluida esta Municipalidad de Rosario con la posibilidad de movilidad de partidas. Está bien que la tengan. Y yo que estoy necesitando los instrumentos para poder gobernar y llevar a la Argentina adelante pero me tratan de trabar, de cortar”.

“No importa que ataquen, no importa que agravien, yo pongo el pecho y el corazón si eso sirve para que la Argentina crezca. Síganme atacando porque lo que me importa es la Argentina y no que me ataquen”. Más contemporizador, por lo menos con el intendente y el gobernador, Kirchner dijo que venía a trabajar con quien no es de su mismo signo partidario “pero es de los que quieren que la Argentina vaya adelante, como lo quiere el gobernador con quien nos une una larga amistad de trabajo y mucho tiempo en las utopías de cambiar el país”.