“Acá le dimos a todo lo que se mueve, hicimos tres veces más allanamientos que el año pasado”, se envalentona un jefe de la Bonaerense cerca de la Superintendencia de Drogas, armada hace seis meses con la ley de desfederalización que le permite investigar y desbaratar el tráfico a mediana escala. La fuente, que como todas habló off the record, asegura que son 900 los allanamientos realizados: la mayoría –más de 600– con la Justicia provincial, el resto con la federal. La fuente niega algunos supuestos hasta ahora considerados certezas: no encuentran cocaína, dice, porque está lleno de droga barata: marihuana. Pero al mismo tiempo dice que no secuestran paco: en las estadísticas que se le entregaron a este diario el paco directamente no existe como un ítem.

“He secuestrado lo que dicen que es paco pero es clorhidrato de cocaína, no hay paco –asegura el bonaerense–. No lo digo yo, lo dice un cromatógrafo. Al analizar las muestras da que es una cocaína de buena calidad. Le han visto la pata a la sota: como no te puedo vender un papel porque te sale diez pesos, con un peso comprás 0,04 gramos, lo ponés en la pipita, pero están fumando cocaína, no paco.” La fuente cree que el drama del paco se basa en un nuevo marketing para la droga. Y no avala la hipótesis de que exista una mega red de pequeños distribuidores en el conurbano.