Su nombre y apellido aparece en el registro de acreditaciones del comité organizador de la Cumbre de los Países No Alineados. Fidel Castro, de él se trata, figura entre las inscripciones como jefe de la delegación cubana. Sin embargo, la gran incógnita del encuentro, y también la pregunta de todas las comitivas que llegarán a La Habana, es si Fidel participará en persona de las actividades de la Cumbre. De 80 años recién cumplidos, el líder cubano fue operado de un problema intestinal y todavía está convaleciente. Las fotos que recorrieron el mundo lo muestran haciendo reposo. En 40 días perdió 18,6 kilos. “Lo peor ya quedó atrás”, dijo el último martes el propio Fidel. Esas novedades alimentaron las especulaciones sobre un eventual regreso a las apariciones públicas.

Hablándose de Fidel la incógnita se mantendrá hasta último momento. Aun estando en condiciones de presentarse ante una muchedumbre, los movimientos del Comandante nunca se informan por anticipado. Es una regla de oro de la seguridad cubana. Igualmente, las declaraciones del canciller cubano, Felipe Pérez Roque, dieron algunas pistas de lo que podría hacer Fidel mientras dure la Cumbre de Países No Alineados. “Recibirá a algunos dignatarios extranjeros y casi seguramente al señor Kofi Annan, secretario general de las Naciones Unidas. Aunque no se puede asegurar todavía si él estará presente físicamente en el lugar de los trabajos de la cumbre”, dijo Pérez Roque.

Si Fidel no está en condiciones de presentarse en un acto masivo, su lugar será ocupado por su hermano Raúl, quien ya está a cargo de la presidencia del país y la comandancia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias desde el 31 de julio. Ese día se conoció una carta firmada por Fidel, donde delegaba sus cargos por razones de salud. El cubano había participado de la Cumbre del Mercosur en Córdoba unos días antes.

Como anfitriones del encuentro diplomático, que a partir del viernes reunirá a 50 estadistas de todo el mundo, los cubanos pretenden relanzar el movimiento de No Alineados y denunciar la “dominación hegemónica de las relaciones internacionales” y los “modelos neoliberales impuestos”.