“Espero que no lo hayan secuestrado”, dijo otra ex detenida-desaparecida al enterarse de que Julio López todavía no había llegado al Palacio Municipal, donde se desarrollarían los alegatos. El albañil de 75 años había arreglado con uno de sus hijos para que lo pasara a buscar ayer por la mañana, pero no estaba en su casa. En el tribunal se llegó a especular con un brote psicótico y se suspendió por una hora la presentación de los alegatos, esperando que aparezca. A las 11.15, los querellantes decidieron pedirle a los jueces comenzar sin López, decisión aceptada luego de un cuarto intermedio. Mientras transcurría la audiencia, algunos abogados redactaron un hábeas corpus, denunciando la misteriosa desaparición. Terminado el alegato, amigos y familiares recorrieron comisarías, centros de detención clandestinos y hospitales pero no hubo novedad alguna: decidieron dar aviso a las autoridades, entre ellas, al gobernador bonaerense Felipe Solá.