Sin un pronunciamiento expreso sobre supuestas irregularidades de los fiscales, tal como ocurrió, por ejemplo, en la causa AMIA, el Tribunal Oral 2 de San Martín dispuso remitir las copias del debate a la Procuración General de la Nación, para que decida si debe ser investigada la actuación de los cuatro fiscales que participaron en la causa Blumberg. Los tres de la etapa de instrucción fueron Jorge Sica, Pablo Quiroga y Rita Molina. El cuarto fue uno de los fiscales del juicio oral, Pedro García, quien habría seguido la línea de investigación de sus antecesores. La decisión de los jueces era esperada, pero sólo en los casos de Sica y su jefe de la Cámara de San Martín, Pablo Quiroga. Sorprendió que se extendiera a Molina, de la que Juan Carlos Blumberg siempre habló bien, y de Pedro García, quien ayer no estuvo presente en la audiencia.

En el transcurso del juicio oral, por momentos parecía que la consigna era “péguele al fiscal Sica”. Hubo críticas desde la querella, las defensas y de los propios imputados cuando se decidieron a hablar. Juan Carlos Blumberg siempre cargó contra Sica, a quien responsabilizó por “no haber preservado la vida” de Axel. Se refería al fallido procedimiento realizado por la Policía Bonaerense, junto con personal de la SIDE, para tratar de detener a los secuestradores, la noche en la que se frustró el pago del rescate. Blumberg dijo de Sica que actuó como si fuera “un cowboy” y por no haber convocado a la Policía Federal, aunque después dos de sus miembros terminaron acusados por presunto encubrimiento.

María Elena Usonis, la mamá de Axel, criticó a Sica por no haber aceptado la ayuda en logística de una empresa alemana y por haberle dicho que la policía estaba equipada “hasta con helicópteros con rayo láser”. La fiscal Rita Molina, al declarar como testigo, criticó a su jefe Quiroga y a su colega Sica. Aseguró que la muerte de Axel podría haberse evitado si ambos fiscales hubieran hecho cumplir la orden de detención que ella había impartido contra El Oso Peralta y su banda en noviembre de 2003, cuando investigó el secuestro de Ana María Nordmann.

Molina aseguró que los fiscales no investigaron las 41 causas por secuestros que ella tuvo que entregarles cuando la Fiscalía Coadyuvante que ellos encabezaban absorbió todas las causas por ese delito. La defensa de los policías le replicó a Molina con una pregunta: “¿Por qué no lo denunció antes?”. El fiscal Pedro García pidió que investigaran a Sica y a Quiroga, por los dichos de Molina. Ahora, los cuatro fiscales quedaron en igualdad de condiciones. A lo largo del juicio, las dudas persisten y caen, en forma equitativa, tanto sobre los fiscales como sobre los dos policías que fueron absueltos. El Oso Peralta podría haber sido detenido en Córdoba en noviembre de 2003. Incluso habría constancias de que estuvo preso y lo dejaron en libertad en extrañas circunstancias. Con el Oso preso en noviembre de 2003, Axel estaría vivo.