En otro capítulo de la polémica entre el Gobierno y la Cámara de Casación Penal, dos ministros cargaron ayer contra los camaristas que deben emitir opinión en muchos juicios a represores. El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, dijo que la Cámara de Casación Penal “es objeto de crítica por parte de muchos jueces” y se preguntó “por qué se sienten tan mal cuando el presidente Néstor Kirchner lo dice en público”. “El Poder Judicial no es un poder indemne que goza del derecho de no tener que soportar críticas. Hay que terminar con la hipocresía, lo que el Presidente ha criticado existe en todos los despachos judiciales”, dijo. Por su parte, el ministro de Justicia, Alberto Iribarne, cuestionó a la Cámara de Casación Penal por “tardar tres años” en resolver las actuaciones que involucran a represores de la dictadura. “A priori, nada justifica que una causa dure tres años”, criticó. Iribarne también destacó que en el caso ya están funcionando “los mecanismos institucionales” que corresponden a estos casos. Se refería a un proceso que se inició en el Consejo de la Magistratura para decidir si se remueve o no de sus cargos a los camaristas Alfredo Bisordi, Gustavo Hornos, Ana María Capoluppo y Eduardo Riggi. Ese proceso será conducido por el juez Luis María Cabral. El jefe de Gabinete hizo sus declaraciones en una entrevista de Radio Nacional, mientras que Iribarne fue consultado por los movileros durante una caminata de Daniel Filmus por Liniers, en avenida Rivadavia y General Paz.