Como ingredientes de un día que se caracterizó por la tensión producida por los hechos de Santa Cruz y el allanamiento al gobierno porteño, dos llamadas telefónicas también provocaron incertidumbre en el Congreso de la Nación y la gobernación bonaerense. Una amenaza de bomba obligó a desalojar la Casa de Gobierno, en La Plata, incluso al propio gobernador Felipe Solá. El alerta de que había sido colocado un artefacto explosivo fue recibido a las 14.30 en un teléfono de la secretaría privada. Una brigada antiexplosivos y de la Policía Bonaerense recorrieron las instalaciones y no encontraron nada anormal (foto). Una situación similar sucedió en el Congreso donde legisladores, personal administrativo y periodistas fueron desalojados minutos antes de las 12, después de que Bomberos y brigadas antiexplosivos acudieron al lugar alertados por una llamada anónima que advertía sobre la colocación de un explosivo.