¿Qué habrá de aquí en adelante (una palabra cara a sus sentimientos) para los radicales rionegrinos? La respuesta asoma de los discursos que ya empiezan a escucharse al calor de la victoria. En principio, el sector mayoritario que lidera Miguel Saiz festejaba el triunfo como la revalidación de un camino arriesgado: aliarse al Presidente y sumar extrapartidarios, algunos locales como el Partido Provincial Rionegrino –que llevó a Saiz como candidato en sus boletas y sumó muchos votos a la Concertación– y otros alineados con el kirchnerismo, léase Libres del Sur. Al principio, la alternativa de formar una concertación plural en la provincia no generó demasiado entusiasmo entre algunos grupos que se mantenían fieles al ex gobernador Pablo Verani. De todos los correligionarios de la provincia, el más renuente a acercarse a Kirchner era sin duda el jefe del bloque de diputados nacionales, Fernando Chironi. Chironi, Nano para sus amigos, ya adelantó su respaldo a la candidatura de Roberto Lavagna. “Es el único que quedó colgado”, explicaban anoche en el bunker de la capital de la provincia.

La UCR de Río Negro está acostumbrada a ejercer el poder. Los 24 años de gobierno se notan hasta en el lenguaje cotidiano. Eso explica por qué palabras tan en desuso para la mayoría de la gente aquí pueden escucharse en boca de un policía. “En la otra esquina hay un comité”, indicó ayer a Página/12 un aburrido policía en la esquina de la plaza principal. Allí estaba la estación de servicio cerrada que funcionaba como sede de la Concertación para el Desarrollo. El radicalismo rionegrino tiene otras particularidades: para definir las distintas líneas internas no hablan de agrupaciones sino de sectores: el de Saiz es el sector rojo, que compite con el blanco, el de Bautista Mendioroz, y el azul de Chironi.

Como suele suceder, la victoria hará desaparecer las resistencias que quedaban. Se suponía que, ahora, hacia adelante todos apoyarán la concertación con Kirchner. Aunque algunas dudas se mantienen: en la semana que pasó muchos radicales rionegrinos se preguntaron qué pasaría con la eventual candidatura de Julio Cobos tras la difusión en Página/12 de que su plan contra el delito había sido elogiado por varios ex represores. En los últimos días, la inquietud acerca de la posibilidad de que la figura de Cobos fuera descartada perdió bastante fuerza. Quizá Saiz les llevó tranquilidad a sus correligionarios, fruto de alguna de las tantas llamadas que recibió en estos días desde la Casa Rosada. Uno de los primeros en llamar ayer a la provincia fue el ministro del Interior, Aníbal Fernández, quien contó que una encuesta boca de urna realizada por el gobierno nacional le daba a Saiz cinco puntos de ventaja.

Otra de los temas de conversación en la UCR rionegrina fue el caso Skanska. En los comités de Viedma se especuló sobre sus probables efectos en la campaña presidencial. Hay quienes piensan que podría favorecer a Lavagna, otros creen que no modificará las encuestas. El tema no es menor, ya que Lavagna es el otro candidato –aparte del matrimonio Kirchner– que podría convertirse en polo de atracción para los boinas blancas. “En Río Negro es abrumadoramente mayoritario el predominio de los que adhieren a la concertación plural. Y no hay que olvidar que este Presidente está construyendo la ruta 23, el corredor bioceánico, y la ruta 22 que recorre el Alto Valle”, aseguraba Mendioroz, flamante vicegobernador electo.