La gobernadora electa de Tierra del Fuego tiene 43 años, es farmacéutica y residente de esa provincia desde hace veinte, cuando viajó al sur en busca de un mejor horizonte laboral. Nacida en Rosario en 1964, Fabiana Ríos ingresó a la política en el Socialismo Auténtico, de la mano de Alfredo Bravo, y fue una de las fundadoras del ARI cuando Elisa Carrió se retiró de las filas de la Alianza.

Antes de ser diputada, trabajó como farmacéutica en la obra social de la provincia. En aquella época colaboró con una investigación sobre la venta de niños a matrimonios extranjeros que no podían tener hijos, y como legisladora siguió interesada en temas vinculados con la protección de la infancia.

Ríos está casada hace veinte años con Gustavo Longui y tiene dos hijas, Victoria y María Betania. Sus convicciones religiosas se reflejan en la elección del nombre de la menor, a quien llamó así en homenaje a la ciudad en que nació Lázaro, el personaje del Evangelio a quien Jesús resucitó.

Su primer cargo electivo lo obtuvo en 1999, cuando se convirtió en diputada provincial por la Alianza. Tras seguir a Carrió en el alejamiento de aquella coalición, se dedicó a la construcción del ARI en Tierra del Fuego. Cuatro años después se presentó como candidata a gobernadora y quedó tercera. Pero en las elecciones legislativas del mismo año obtuvo el primer lugar y entró a la Cámara de Diputados.

Será la más joven de los mandatarios provinciales. En sus primeras declaraciones tras ser electa, señaló que su triunfo no era sólo expresión de un cambio en su provincia: “Me parece que hay un mensaje de transformación institucional. La gente quiere ser oída y está pidiendo transformaciones profundas en las instituciones”.

Ríos también se convertirá en la primera gobernadora electa en las urnas. Aunque hubo mandatarias provinciales como Nina Aragonés de Juárez y Alicia Lemme, se trata de mujeres que asumieron tras las renuncias de mandatarios, Carlos Díaz en la provincia de Santiago del Estero y Adolfo Rodríguez Saá en San Luis.