EL PAíS • SUBNOTA › REPUDIO A LOS SECUESTROS Y DESAPARICIONES DE 1976
› Por Adriana Meyer
Como todos los finales de julio, en Libertador General San Martín y en Calilegua las calles se llenaron de manifestantes por la Marcha del Apagón, en repudio a los secuestros masivos y a las 30 desapariciones que ocurrieron entre el 22 y el 27 de julio de 1976, en las que los militares incrementaron la oscuridad de la noche cortando el suministro eléctrico. La Corriente Clasista Combativa (CCC), la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) y otras organizaciones convocaron casi 10 mil personas, entre quienes estuvo el subsecretario de Derechos Humanos Rodolfo Mattarollo, y fue inaugurado el Centro de Acción Popular Olga Márquez de Arédez (Capoma) en la casa de la familia Arédez. Una “marcha paralela” organizada por el intendente y alentada por el Ingenio Ledesma no afectó la evocación de los apagones, la número 24.
Fue la tercera marcha sin Olga Arédez, impulsora de las anteriores, y estuvieron presentes Nora Cortiñas y Mirta Baravalle, de Madres de Plaza de Mayo, la diputada Marta Maffei, el sindicalista Víctor De Gennaro, Carlos Chile (MTL) y el presidente de la Federación Agraria Eduardo Buzzi. También llegaron hasta Libertador, en los 22 micros que puso a disposición la CTA, representantes de Abuelas e Hijos de varias provincias, Hermanos y Familiares de Detenidos Desaparecidos, los gremios ADEP y Cedems, la murga Los Verdes de Monserrat, diversas organizaciones sociales, como Tupac Amaru, y partidos de izquierda, como el PTS. El jueves 26 todos recorrieron los 7 kilómetros que separan Calilegua de Libertador, por la ruta 34, con banderas, pancartas y carteles, bajo la consigna de “memoria, verdad y justicia”. Luis Arédez, hijo mayor del Olga y Luis Arédez, expresó su preocupación por el fallecimiento de familiares y represores que conocen el destino de los desaparecidos. “Cuando la justicia es lenta no es justicia”, destacó. La manifestación culminó con un acto en la plaza central de Libertador, pero el cierre de la jornada fue en la peña solidaria del club Arrieta.
Una semana antes hubo un acto convocado por el intendente de Libertador, Marcelo Llanos, junto a tres familiares de desaparecidos. También convocaron a una marcha que tuvo poca concurrencia. “Hay gente que salió a decir que no participen de esta marcha (la tradicional) y aunque intentaron dividir de nada les sirvió porque vino más gente a ésta, que es el legado y la posta que nos dejó Olga Arédez”, expresó Ramón Sarmiento, de Capoma.
“Los organizadores del acto paralelo consideraron que no hay que confrontar con el gobierno provincial ni con la empresa Ledesma para no perder el trabajo”, explicó Luis Arédez a Página/12. “Es cierto que Ledesma tiene un control ajustado de lo que se dice o se hace y es real ese riesgo, pero no acusarlos es impunidad no sólo por los apagones, en los que participaron con sus camionetas, sino por su responsabilidad en el aluvión de 1980 donde murieron varias personas”, precisó. Arédez agregó que el intendente es propietario de una empresa que realiza la limpieza en el Ingenio de los Blaquier, y recordó que la acción conjunta de la CTA y la CCC “volteó tres gobernadores durante el menemismo, por eso les preocupa”. Como parte de lo que consideran una “provocación”, fue colocado un monolito pegado al sitio donde están las cenizas de Olga, en la plaza central, y donde florece la santa rita que plantaron sus familiares.
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