“El conflicto social había que meterlo en las estructuras del Estado”, explica Pablo Vera, integrante del secretariado nacional del Movimiento Evita y parte de la Jefatura de Gabinete del municipio de Avellaneda. De cara a las elecciones nacionales y provinciales de octubre, plantea cómo el movimiento trabaja por el “fortalecimiento de la estructura del Frente para la Victoria” y la “fuerza de transición” que representan el presidente Néstor Kirchner y la candidata Cristina Fernández.

–¿Cómo conviven con el poder político de la provincia de Buenos Aires?

–Pensamos la concepción del movimiento nacional como una cosa no lineal. Obviamente que ahora son procesos contradictorios, pero no creemos que sean traumáticos. En términos históricos, las cosas no son tan lineales. En ese marco no hemos tenidos dificultades para impulsar distintas medidas en un proceso que es rico, que nos parece interesante. Venimos de una militancia vinculada con la resistencia al neoliberalismo, por eso tratamos de introducir el conflicto adentro del Estado y que el Estado lo transforme en política. Creemos que ese conflicto social había que meterlo en todos los lugares donde se nos permitió y pudimos.

–¿Cómo se resuelven esas contradicciones?

–Nosotros no formamos parte del Partido Justicialista y obviamente somos distintos, expresamos otra política. Sin embargo, no miramos las cosas en términos de lo nuevo y lo viejo. No hay una contradicción antagónica. Hay que tratar de encolumnar la mayor cantidad de sectores político-sociales hacia ese destino que representa Kirchner. Lo fundamental es enfrentar a las fuerzas conservadoras vinculadas con el poder económico que intentan malograr este proceso. Tenemos claro cuáles son las cuestiones centrales y cuáles son las secundarias. La renovación de la política en términos institucionales también tiene que ver con un nivel de acción política de la gente. Hay que estimular no sólo la actividad política partidaria, hay que volver a llenar los clubes, las sociedades de fomento, las asociaciones civiles y las cooperadoras.

–¿Cuatro años de gobierno no le permitieron a Kirchner profundizar esa renovación política?

–Kirchner tiene las posibilidades legales y políticas para presentarse a la reelección y decide no hacerlo, eso es una señal clara que tendría que entender la oposición. Los candidatos de la oposición del 2003 son exactamente los mismos que los que tenemos ahora. La renovación también tiene que ser para la oposición.