Sáb 11.08.2007

EL PAíS • SUBNOTA  › ANTONINI WILSON, EL HOMBRE DEL QUE NADIE SE ACUERDA EN CARACAS

Todos buscan estar lejos por si explota

› Por Raúl Dellatorre

Si el empresario Guido Antonini Wilson era poco conocido en Venezuela hasta la semana pasada, ahora pasó a ser un absoluto desconocido, que no figura en ninguna agenda personal ni directorio. Oficialismo y oposición lo cargan, mutuamente, en la mochila del otro. Antonini Wilson pasó a ser el “hombre bomba” que, desde el martes último, circula por el mundo sin rumbo conocido, pero al lado del que nadie quiere estar para cuando explote. Si es que finalmente explota.

Después de haber “resuelto” quién fue el responsable de permitir que Antonini subiera al avión, para el gobierno argentino lo más urgente es revelar la verdadera identidad o pertenencia del empresario, y luego alcanzar la respuesta al tercer interrogante: con qué propósito trasladaba 800 mil dólares en efectivo. Sólo así, recorriendo ese camino, podría librarse de toda sospecha. Resuelto el tema Uberti, ahora las respuestas deberán venir desde Venezuela.

La discusión en estas horas que se da en Caracas acerca de quién es Antonini Wilson arroja versiones e imputaciones cruzadas tan sorprendentes que colocan al personaje en el lugar de un perfecto desconocido. Empresario de 46 años, con domicilio en Miami y registrado como tal para votar en el Consulado de Venezuela en Florida. Sólo hasta ahí llegan las coincidencias.

Un popular programa político de Canal 8 de Venezuela lo identificó esta semana, apenas difundido el asunto de la valija, como “un acérrimo antichavista”, lo relacionó con el dealer del mercado de las armas Pedro Guerrero, también residente en Miami como él, y a ambos con la empresa Armor Holding, especializada en la fabricación y comercialización de equipamiento antimotines y antidisturbios para fuerzas de seguridad: pistolas lanzagases, cascos y escudos balísticos, fusiles de alta precisión para francotiradores, chalecos antibalas, bastones policiales, esposas de máxima seguridad y detectores de metales, entre otros insumos de la canasta básica del represor.

Desde otra vereda, se lo vincula con la empresa petroquímica Venoco, que tiene a Franklin Durán y Carlos Kauffman como accionistas principales y directivos. Se dice que la firma es cercana al chavismo. Antonini llegó a participar, junto a Durán, de un rally no oficial, exclusivo para excéntricos, a bordo de una Ferrari 360 Spider auspiciada por Venoco (carros Venoco 1 y 2). Además, los medios opositores señalan que quien debe explicar su participación en el vuelo fatídico es el vicepresidente de Pdvsa, Diego Uzcátegui, cuyo hijo Daniel llegó en el avión de Enarsa a Buenos Aires y habría sido quien presentó a Antonini al resto de la tripulación.

Oscar Pérez, miembro del Comando de la Resistencia al gobierno revolucionario, denunció a Antonini como miembro de la organización Empresarios por Venezuela, Empreven, entidad que acompaña la política oficial y encabeza un miembro de la familia del vice de Pdvsa, Alejandro Uzcátegui. Este desmintió ayer la pertenencia de Antonini a Empreven, asegurando que jamás figuró en sus registros.

Aun en las filas del oficialismo chavista existen sospechas sobre la actitud de los directivos de Pdvsa, empresa que en los primeros años del gobierno de Chávez se encolumnó con los intereses de los sectores dominantes que se oponían y siguen enfrentados con el gobierno. Aseguran que pese a haber tomado el control hace ya más de un lustro, el gobierno no logró separar totalmente a los opositores o “escuálidos”, como los llama Chávez, que le hacen frente a los “rojo rojitos”, como esos opositores califican a los funcionarios embanderados con la Revolución. Ayer, el vicepresidente segundo de la Asamblea Nacional, Roberto Hernández, declaró que los funcionarios de Pdvsa que viajaban en el avión “deben ser botados (echados), no tienen por qué andar con un delincuente”. Hizo la salvedad de que “hayan sido engañados, que los hayan utilizado”, cosa que deberán aclarar, pero “si están implicados tienen que ser botados, y presos también”, subrayó el legislador chavista.


Paralela

El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, negó la existencia de una “diplomacia paralela” con Venezuela, aunque justificó los frecuentes viajes a Caracas de “técnicos” que entienden en negociaciones en energía y que no pertenecen a la Cancillería. La cuestión de la diplomacia paralela había surgido a partir de las relaciones tejidas en Caracas por Claudio Uberti, el desplazado titular de la Occovi.

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