“En lo legal somos un matrimonio, pero se terminó el amor”, grafican los macristas a propósito de lo que queda entre Mauricio Macri y Ricardo López Murphy, quienes ayer no disimularon su desencuentro. “Esta es nuestra fórmula en la provincia y es la que vamos a apoyar”, enfatizó el jefe de Gobierno porteño electo, de campaña en territorio bonaerense junto al candidato a gobernador Francisco De Narváez, al cual el líder de Recrear y cabeza de la lista de diputados por su partido en ese distrito calificó como una de “las variantes del duhaldismo”. López Murphy también puso en duda la validez constitucional de la postulación de De Narváez por no ser argentino nativo.

La decisión de López Murphy de postularse simultáneamente a presidente y a diputado en la provincia terminó de complicar su relación con Macri. En lo formal, el vínculo no está roto, pero los hechos demuestran otra cosa.

Macri estuvo en Avellaneda de campaña junto a De Narváez y su primo Jorge, quien –además de completar la fórmula a la gobernación– encabeza la lista de diputados macristas en la provincia, es decir, compite directamente con el líder de Recrear. “López Murphy tiene sus ideas y nosotros las nuestras”, dijo De Narváez, y marcó también la distancia que separa a Macri de su socio.

“Mis problemas centrales son Cristina y Scioli”, dijo López Murphy, como para minimizar su enfrentamiento con Macri, aunque cuestionó la validez de la postulación de De Narváez. Además, se definió como la alternativa al “viejo aparato de los intendentes del conurbano, mayormente integrados al kirchnerismo, y los desplazados de ese aparato, integrados a las variantes del duhaldismo, ya sea la que va con (Roberto) Lavagna, ya sea la que va con De Narváez”.