El escrutinio definitivo no será rápido ni está supervisado por el periodismo, como proclamó el gobernador José Manuel de la Sota por cadena provincial de radio y televisión, tras el cuestionado resultado provisorio que le adjudicaba el triunfo a su delfín Juan Schiaretti por apenas 17 mil votos. El recuento de las actas –como establece el Código Electoral de la provincia– se realiza detrás de un gran tabique de madera que separa a los empleados judiciales y fiscales partidarios de los periodistas. La decisión de la también cuestionada jueza electoral Marta Vidal de no adelantar ningún guarismo hasta que se culmine la tarea hace que la única información que llega a la población surja de la interesada opinión de los apoderados partidarios de cada bando en pugna. Decididos a no dar el brazo a torcer sobre el recuento voto a voto, los apoderados de la oficialista Unión por Córdoba reclamaron que se acelere el conteo y se instale un circuito cerrado de TV, para que cada canal tome la señal cuando lo desee. A partir de hoy, las mesas escrutadoras pasarán de 12 a 24. Pero la dificultad para armar un circuito cerrado dejaría a los cordobeses sin señal para seguir el recuento como si se tratara de Gran Hermano, donde los protagonistas serían los fiscales.